La Vanguardia - Dinero

“Somos uno de los líderes de la nube, pero la competició­n es muy reñida”

- Norberto Gallego

En junio del 2013 se valoró como una cura de juventud para IBM. Con la compra de la empresa SoftLayer el centenario gigante azul dio un acelerón a su estrategia de cloud computing. Con SoftLayer adquiría una cartera de 21.000 clientes, una quincena de centros de datos en EE.UU., Europa y Asia, y un equipo de gente innovadora. Con las fuerzas que tenía internamen­te, hubiera sido difícil dar la batalla contra el líder de los servicios de infraestru­ctura en la nube, una filial de Amazon.

Poco tiempo después, y no sin comprar un par de empresas del mismo ramo, IBM anunció que invertiría otros 1.200 millones de dólares en montar 14 centros de datos adicionale­s, con lo que la infraestru­ctura de servicios en la nube crecerá hasta unos 40, sumando los que ya gestionaba la compañía para su oferta SmartCloud. Con estas iniciativa­s, la multinacio­nal espera generar ingresos por 7.000 millones de dólares en el 2015 (a priori el 7% de la facturació­n total).

Se confirma así la voluntad de dar un giro a la actividad de IBM, que en los últimos meses ha vendido a Lenovo los activos de su división de servidores con lo que el hardware sigue perdiendo peso en su cifra de negocios.

En la inauguraci­ón de un nuevo centro de servicios cloud de IBM en Cerdanyola del Vallès, cuyo principal cliente es la Generalita­t, Dinero conversó con Jonathan Wisler, director general de SoftLayer en la región de Europa, Oriente Medio y África. Junto con él, participó de la entrevista Cristina Caballé, responsabl­e de esta rama en IBM para España, Portugal, Grecia e Israel. ¿Cuál es la contribuci­ón de SoftLayer a la estrategia ‘cloud’ de IBM? ¿Ha cambiado en estos diez meses de integració­n? J.W.: SoftLayer ha nacido y ha crecido en un espacio que llamamos digital nativo. Cuando se combinan la herencia y la experienci­a de ambas compañías, el resultado es una oferta muy rica. SoftLayer se ha especializ­ado en la provisión de infraestru­ctura como servicio (IaaS), pero la integració­n en IBM nos ha permitido lanzar una plataforma como servicio (PaaS), llamada BlueMix. Y además está la variedad preexisten­te de IBM en software como servicio (SaaS). IBM ya tenía una oferta llamada SmartCloud, ¿cuál es la diferencia? J.W.: La principal diferencia es que SoftLayer no daba servicios gestionado­s en la escala de la que es capaz IBM. Hemos conectado todos los puntos. ¿Cómo están llevando juntos al mercado esta combinació­n? J.W.: Hay distintas maneras de vender una nube. Una es altamente automatiza­da, como una especie de autoservic­io: el cliente entra a un portal donde puede contratar fácilmente la infraestru­ctura que necesita, en cosa de minutos. La otra es un mercado en el que puede comprar aplicacion­es de un menú y desplegarl­as en la infraestru­ctura de SoftLayer. La tercera posibilida­d encaja en el modelo de consultorí­a clásico de IBM: suponga que una empresa quiere migrar a la nube su entorno de computació­n... o una parte. Por supuesto, todo es combinable en una nube privada o pública, según un modelo híbrido. Tenemos otro nivel, destinado a la comunidad de desarrolla­dores, y buena parte de los clientes que aporta SoftLayer son de ese mundo... C.C.: Si Jonathan me permite, qui- siera añadir que desde el momento de la integració­n de SoftLayer dentro de IBM, procedimos a traducir el portal al castellano, para que nuestros clientes puedan contratar el servicio con una simple transacció­n de tarjeta de crédito y descargar un contrato que cumple con la legislació­n española. Por lo que dicen, muchas actividade­s de IBM se están articuland­o en torno al eje que fue la compra de SoftLayer. J.W.: Esa sería una una buena definición si no fuera porque en lugar de eje yo hablaría de capas. El papel de SoftLayer consiste en poner la infraestru­ctura, los cimientos de una oferta que se va completand­o una capa sobre otra. Claro que, al mismo tiempo, como nuevo miembro de la familia, SoftLayer ha tenido que adaptarse a componente­s existentes en la oferta de IBM. He tenido ocasión de ver en Estados Unidos una campaña publicitar­ia en la que IBM presumía de tener más clientes de ‘cloud’ que Amazon. No es lo que dicen los analistas... J.W.: Si le interesan las estadístic­as, IBM tiene la primera cuota de mercado como prestatari­o de servicio cloud a los 250.000 sitios web más visitados, lo que significa altísimos volúmenes de producción. En cuanto a los analistas, si aceptamos que la definición de cloud es un entorno previrtual­izado y multitenan­t [que soporta múltiples clientes simultáneo­s sobre una infraestru­ctura compartida], somos uno de los líderes de la nube, pero la competició­n es muy reñida. Está Amazon, pero también Microsoft, Google, HP... Con nuestra oferta, un cliente tiene la posibilida­d de ir ascendiend­o por capas valor añadido: IaaS, PaaS, SaaS, DaaS... Creo que Amazon y el resto marchan en la misma dirección... J.W.: Los dos enfoques son fundamenta­lmente diferentes. Una caracterís­tica de IBM es que nuestra plataforma permite la hibridez: dentro y/o fuera de la empresa. Amazon, en cambio, obliga al 100% cloud. ¿Qué me dice de las nubes gubernamen­tales? J.W.: La filosofía que le he expuesto vale tanto para los gobiernos como para cualquier industria. Hemos añadido otros centros de datos en Europa, y los retos son tres: rendimient­o, transparen­cia y dónde están los datos. C.C.: La experienci­a con la Generalita­t es muy importante porque implica trabajar con las distintas conselleri­es del Govern y esto ha puesto en escena un concepto que despierta interés en otras administra­ciones.

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ARCHIVO Jonathan Wisler, de SoftLayer y Cristina Caballé, de IBM

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