La bolsa engorda
La negociación en el mercado bursátil español ha crecido en abril el 36,4% respecto al año pasado
Miles de inversores, españoles e internacionales, han depositado su mirada, y sus expectativas, sobre la bolsa española. Hay buen rollo en la atmósfera, y ese sentimiento se va expandiendo entre los ahorradores, los mismos que mueven su capital de un lado a otro, según sople el viento, y que ahora se sienten esperanzados gracias al Ibex y al Mercado Continuo. Hace meses que los analistas han anticipado el proceso, pero la estadística habla en este momento. En abril, la bolsa española negoció 78.697 millones de euros, un 36,4% más que en abril del año pasado, según datos de Bolsas y Mercados Españoles (BME). Está claro que la bolsa da juego...
“Es evidente que el escenario está cambiando –dice Do- mingo García Coto, director del servicio de estudios del BME–. El entorno macroeconómico ofrece perspectivas de mejora”.
Es cierto que la microecono- mía (la del ciudadano de a pie) apenas nota aún los efectos de la bonanza. Sin embargo, la buena sintonía que registra la macroeconomía (la bolsa, la prima de riesgo, índices como el PIB o la tasa de exportaciones) y las noticias que van lanzando distintos agentes sociales se va impregnando en la atmósfera. Esta misma semana, Bruselas ha elevado sus perspectivas de crecimiento de España para el 2014 y el 2015.
“Desde hace cerca de un año, la bolsa se encuentra en un estado de semieuforia: está subiendo. No lo hace de una forma constante, pero sí que ha asumido una tendencia alcista”, dice Javier Niederleytner, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). “Los datos del PIB anuncian que el país está recuperando la vía del crecimiento. Pero además, la percepción del riesgo España es muy inferior a la que había hace un tiempo. Basta con observar la evolución de la prima de riesgo, que ahora ya ofrece números similares a la precrisis”.
La mejora de la prima de riesgo tiene un doble valor excepcional: atenúa la sensación de riesgo del país y también anima a maniobrar a muchos inversores institucionales. Quienes antes recurrían a los bonos del Tesoro, en búsqueda de rentabilidades próximas al 5%, ahora deben mirar para otro lado, al advertir que esos bonos apenas superan el 3%. “Y la mejor alternativa es la renta variable”, insiste Niederleytner. Según la Encuesta Global de Sentimiento Inversor de Franklin Templeton, uno de cada tres ahorradores españoles piensa aumentar su exposición a la bolsa en este 2014.
En realidad, todo confluye en favor de las bolsas. No sólo el retroceso en la rentabilidad de los bonos, sino también la marcha atrás que están viviendo los depósitos, consecuencia del proceso de recapitalización bancaria puesto en marcha hace algo más de un año, tan pronto como Bruselas procedía al rescate de la banca española. Donde antes se ofrecía un 4%, ahora a duras penas se pasa del 1%.
“No hay perspectivas en la renta fija, y eso beneficia a la renta variable –dice García Coto–. Se está notando. Hay interés entre las familias españolas, que van volviendo a la bolsa: sus deudas se están reduciendo y su capacidad de manejar los activos se está elevando. Evidentemente, ese sentir se extiende a los inversores extranjeros. El crecimiento en el volumen de la bolsa española ha llegado para quedarse”.
Aun así, recuerdan todas las fuentes, las cifras de negociación bursátil actual siguen distancia de los volúmenes de periodos de más esplendor, como los 1,04 billones de euros del 2010. En el primer cuatrimestre de este 2014, se han negociado 269.206 millones. De mantenerse ese ritmo, el año se cerraría sobre los 800.000 millones, cien mil más que en el 2013.