“No habrá una puerta especial para extranjeros”
Juntar las palabras negocio y público siempre es explosivo. Para unos, los pacientes extranjeros permitirán a los centros públicos lograr una fuente de ingresos extra en un momento de dolorosos recortes. “Si el hospital de Mataró cumple con las mil operaciones de cadera a las que le compromete el contrato con Salut, ¿qué problema hay en que al final de la jornada opere a un alemán, si además eso le permitirá ingresar recursos que podrá reinvertir en el hospital o pagar la doble que no pudo dar el año pasado?”, se pregunta Enric Mayolas.
El entusiasmo de los consultores contrasta con la mezcla de escepticismo y prudencia institucional. Desde la Generalitat se insiste en que en ningún caso los extranjeros podrían saltarse listas de espera. “No aceptaremos una puerta especial para atender a pacientes de fuera, deben ser tratados en las mismas condiciones que nuestros ciudadanos”, subraya Francesc Brosa, subdirector del Servei Català de Salut, que además se muestra incrédulo en que el nuevo marco europeo se traduzca en grandes flujos de pacientes. “Si a algún centro público le interesa ofertar su cartera de servicios a ciudadanos europeos tendremos que pactar las condiciones. Y los centros privados que tienen contratos con Salut tendrán que garantizar que no afectará su atención pública”, añade.
En los hospitales se otea ya el horizonte. “Evidentemente la posibilidad de que entren ingresos en el sistema público nos interesa, estamos muy necesitados”, admite Josep Maria Piqué, director del hospital Clínic. Recuerda que a través de Barna Clínic ya captan pacientes extranjeros, sobre todo rusos o del Golfo. “El 100% de los ingresos de Barna Clínic revierten en la sanidad pública, de entrada este año nos han permitido no tener que hacer más recortes. Hasta ahora el flujo de europeos es insignificante, pero si se abre el marco claro que estaremos dispuestos a jugar”, afirma.
La directiva plantea crear una red europea de centros de excelencia y de referencia en enfermedades raras. El Clínic, Vall d’Hebrón, Sant Joan de Déu (de titularidad privada) o el Institut Català d'Oncologia, por citar sólo algunos centros catalanes, tendrían mucho que decir. “Catalunya tiene hospitales muy punteros que pueden ser referentes a nivel europeo. Aquí sí que queremos jugar”, afirma Brosa.