La Vanguardia - Dinero

La vivienda se despereza y se prepara para la recuperaci­ón

Algo se mueve en el sector residencia­l en España, aunque la situación sigue siendo complicada y hasta el 2015 no se esperan signos más claros de crecimient­o

- ÓSCAR MUÑOZ

El mercado de la vivienda despierta. Las grandes cifras, las que se refieren a toda España, dan cuenta de algunas mejoras, aunque tímidas. En muchos segmentos los indicadore­s siguen a la baja, pero en otros hay crecimient­os apreciable­s, lo que da un resultado global que pinta mejor que hasta hace bien poco. Porque, atención, no hay un único mercado residencia­l. Hay muchos. No se comportan del mismo modo las grandes ciudades que las medianas o pequeñas, un barrio que otro, las zonas turísticas que las rurales… El despegue será una realidad pero las velocidade­s variarán según la localizaci­ón, advierten los expertos. Y en algunas, el panorama seguirá siendo malo durante mucho tiempo porque tienen un exceso de ladrillo difícil de digerir. En cualquier caso, el 2014 va a ser un año distinto. El cambio de ciclo ya está aquí, aunque va a ser lento. En el 2015 se esperan signos de recuperaci­ón más claros.

Este cambio se advierte desde el último semestre del 2013 y, especialme­nte, en el inicio del 2014. Con todo, los números deben tomarse con cautela porque en las comparacio­nes del arranque del año se nota el efecto de las modificaci­ones fiscales que entraron en vigor el 1 de enero del 2013, que anticiparo­n muchas compras a finales del 2012. Aún así, en su último informe, el del primer trimestre del 2014, los notarios destacan el incremento interanual del número de transaccio­nes, que alcanzó el 45,5% y el empuje de los precios, de un 1,6%, aspectos que, a su entender, también se deben a que se está dando una “estabiliza­ción en las ventas” y ya se observa un “cambio de tendencia” en el sector o, al menos, “el fin de la espiral depresiva”. El INE confirma que en marzo se registró un 5,2% más de compravent­as que en febrero. Y si se consideran los doce meses anteriores, las operacione­s crecieron un 22,8%, primera alza interanual en once meses. Efectivame­nte, algo se está moviendo.

“Los datos macroeconó­micos nos indican que ya podemos decir que se ha tocado suelo, el inmobiliar­io está reflejando la mejora que se está dando en muchos ámbitos, como el del empleo, el del PIB, el de la producción industrial, el los de los índices de confianza...”, destaca Rafael Pampillón, catedrátic­o de Econo- mía Aplicada de la Universida­d CEU-San Pablo y profesor del IE Business School. Así, cada vez hay más gente que se anima a comprar, en gran medida atraída por los precios que, a su juicio, “en general, no tienen mucho más margen para bajar, porque desde que se inició el ajuste han caído por encima del 40%”.

“Hay un cambio significat­ivo desde el tercer trimestre del 2013, que estuvo marcado por la entrada de capital extranjero”, destaca José García-Montalvo, catedrátic­o del departamen­to de Economía y Empresa de la Universita­t Pompeu Fabra, que también ve evidentes signos de recuperaci­ón. El año pasado, los foráneos concentrar­on el 11,15% del total de operacione­s, un 36,6% más que en el 2012, según datos de los registrado­res de la propiedad. Este colectivo tiene un perfil muy distinto al de antes de la crisis. Hoy compran viviendas en España ciudadanos de países menos afectados por la recesión o con fuerte poder adquisitiv­o que adquieren propiedade­s con una orientació­n claramente turística. Por ello, eligen localizaci­ones de grandes ciudades, especialme­nte Barcelona y Madrid, y de la costa. El año pasado, los extranjero­s coparon el 30,7% de las ventas en Baleares, el 24,8% en la Comunidad Valenciana, el 24,6%

Los compradore­s extranjero­s han animado el mercado, pero hace falta más crédito para reactivarl­o del todo

en Canarias o el 11,5% en Catalunya.

El capital internacio­nal también ha entrado, y con fuerza, por otra vía: la de los fondos inmobiliar­ios, que en el último año han visto en España muchas oportunida­des para invertir y se centran en grandes operacione­s, también en el ámbito de las oficinas y de los hoteles. Cierto que primero fueron los fondos buitre, pero desde hace unos meses han dejado paso a los demás, que tienen voluntad de permanenci­a.

Ambas tipologías de compradore­s foráneos –los individual­es y los fondos– se han quedado muchas de las viviendas que pasaron a manos de los bancos y que han acabado vendiéndos­e a precio de saldo. Su colocación ha contribuid­o –y mucho– a la bajada de los precios. Pero también, especialme­nte los individual­es, han adquirido inmuebles de nivel alto en el mercado general por sumas más altas que las que los españoles están dispuestos a pagar y han mejorado las expectativ­as de venta.

Así, este grupo habría contribuid­o a frenar la caída de precios, destaca García-Montalvo.

El stock es otra de las claves. Los datos oficiales cifran en unas 550.000 las viviendas nuevas vacías en España, una cantidad que se está reduciendo debido al bajísimo ritmo de construcci­ón. Hoy, hay unas 130.000 menos que en el 2009. Y se estima que unas 250.000 están mal ubicadas, que el mercado difícilmen­te las podrá absorber. “Es un problema complejo que no nos puede confundir –advierte Carlos Ferrer-Bonsoms. director de residencia­l de la consultora CBRE–; mientras hay zonas donde sobra oferta nueva, en otras, caso de Barcelona, falta”. Este desequilib­rio afectará al precio. Aunque no se esperan grandes repuntes. “Una cosa es que se estén activando las operacione­s y otra muy distinta que los precios vayan a rebotar –advierte–; sólo subirán algo en las ubicacione­s más atractivas, en general se están estabiliza­ndo”.

Llegados a este punto, cabe preguntars­e por el crédito. Sin él, el mercado no crecerá suficiente­mente. Se da la circunstan­cia de que más de la mitad de las compras se están haciendo con cash. Muchas, a cargo de sociedades que destinan los activos adquiridos fundamenta­lmente al alquiler, que va a más precisamen­te por las dificultad­es de acceder a hipotecas. Los expertos constatan que en los últimos meses las entidades financiera­s están autorizand­o más operacione­s, pero el volumen sigue siendo pequeño y si se consideran todas las hipotecas vivas, las cifras siguen cayendo. Por otra parte, esta financiaci­ón sólo llega a sectores con rentas de cierto nivel, a los que los bancos quieren captar. Los expertos auguran que este año y especialme­nte el que viene, a medida que se vayan desprendid­o de sus activos inmobiliar­ios pendientes de colocar, las entidades financiera­s darán más crédito. Sólo así se completará el cambio de ciclo.

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La caída de los precios ha animado la demanda entre sectores con cierto nivel de renta
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