La ‘banca en la sombra’ gana terreno
Según un dicho popular, si parece un pato, nada como un pato y grazna como un pato, entonces es un pato. ¿Pero qué ocurre cuando una entidad parece un banco y actúa como un banco? Lo más probable es que sea un banco en la sombra. ¿Significa que sus operaciones están ocultas y bordean la legalidad vigente? En algunos casos, puede suceder así. Este tipo de banco es más fácil definirlo por lo que no es. Lo primero y más importante, no puede recibir depósitos de los ahorradores o de las empresas; en España, porque no tienen ficha bancaria y no son entidades delegadas del Banco de España. Y todavía más importante, si recibieran dinero de hogares las cuentas de ahorro no gozarían del seguro de depósitos a que tienen derecho los depositantes de un banco regulado, para cada titular y en cantidades fijas. Y ya de forma definitiva, nacieron en EE.UU. para soslayar los controles, auditorías y la fiscalización de las entidades de regulación bancaria.
Llevan casi un cuarto de siglo operando y fueron definidos por Paul McCulley en el 2007, en una reunión del Ban- co de la Reserva Federal o banco central de EE.UU.. Se han extendido en todo el mundo y su volumen de negocio, medido por los préstamos que conceden, puede llegar al 50% del sistema bancario de EE.UU. y a porcentajes inferiores en la zona euro, pero mayores en el Reino Unido, porque la City ya es la capital bancaria del mundo. En el sistema bancario español su presencia es incipiente y de escasa magnitud.
Son filiales de algún banco extranjero y se dedican a prestar a los consumidores que desean comprar, por ejemplo, un televisor de plasma y tienen nómina y un buen historial de crédito. Obtienen el préstamo personal (sin garantía real) en pocos días y lo pagan por cuotas razonables y a plazos cortos. Una de sus características es la agilidad en la concesión de los préstamos. Un banco español pequeño se asoció con un fondo de capital riesgo americano para derivar operaciones de préstamo al consumo evitando el riesgo de impago de las operaciones, pero disfrutando de un margen.
Las opiniones sobre esos bancos son contradictorias. Para el comisario de Mercado Interior de la CE, Michel Barnier, son entidades que deben cumplir las regulaciones de cada jurisdicción bancaria. Preocupados por el papel que tuvieron en el estallido de la gran crisis del 2008 de EE.UU., el G-10 o países más industrializados confiaron al entonces gobernador del Banco de Canadá la
Por agravio comparativo, la ‘banca en la sombra’ debería estar sometida a los mismos requisitos que la banca regulada
presidencia del organismo internacional que debía regularlos y asegurar la estabilidad del sistema financiero y se creó el FSB (por las siglas en inglés de Financial Stability Board). Pero para otros, si la banca en la sombra florece es porque la banca regulada no concede los préstamos que necesitan los hogares y las pequeñas y medianas empresas (pymes), y si estas no tienen financiación será imposible crear nuevos puestos de trabajo, porque las grandes empresas tienden a con- centrar procesos. Es más, el diario The Economist, sin dejar de advertir sobre los riesgos sistémicos de este tipo de bancos, sugirió que quizás financiando operaciones para construcción de buques de carga y grandes inversiones podrían evitar la próxima crisis y destacaba que las modalidades no dejan de crecer. Y van desde los fondos de capital riesgo (a veces filiales de compañías de seguros y fondos de pensiones) hasta la modalidad en la que se prescinde de la banca regulada. Son los
Una de las causas de la gran crisis del 2008 fue que con un dólar de capital la ‘banca en la sombra’ prestaba 50
préstamos que se conceden entre empresas o P2P (del inglés peerto-peer credit). A costes más bajos; plazos de mayor duración y garantías más asequibles.
Existe una cuestión esencial: ¿Cómo se financia la banca en la sombra para prestar grandes sumas, a un coste más bajo y con menos garantías? Toman dinero en el mercado monetario a corto y lo prestan a plazos también limitados. Un gran banco francés pactó con la mayor aseguradora del país vecino y creó un banco en la sombra. Todos ganan, mientras los préstamos tengan buen fin. Por eso el FSB estableció las reglas de esos bancos opacos: ya que se dedican a intermediar (obtener dinero de ahorradores y prestarlo a los que lo necesitan), han de evitar los riesgos típicos.
TRANSFORMAR PLAZOS
En primer lugar deben tener en cuenta la transformación de plazos, es decir, obtener fondos a corto plazo para invertir en activos a un plazo mayor; segundo, han de transformar la liquidez, un procedimiento similar al anterior, pues hacen uso de pasivos líquidos para vender algo con mucho riesgo (los préstamos); en tercer lugar, deben tener un capital suficiente (un euro por cada uno prestado), y no llegar en ningún caso a lo que fue una de las causas de la gran crisis, cuando con un dólar de capital se prestaban 50 y, por último, es necesario transferir el riesgo de crédito, o como señalaba un trabajo del FMI: “Tomar el riesgo de incumplimiento de deudor y transferirlo desde el originador del préstamo a un tercero”.
Para concluir, la banca regulada estará sometida a más requisitos de capital y liquidez (Basilea III); por agravio comparativo, también deberían tener las mismas regulaciones la banca en la sombra. No será fácil. El presidente del mayor banco americano dirigió una carta a sus accionistas y les dijo a principios de este año: “Vamos a tener competidores muy duros, y entre ellos estará la banca en la sombra”. Por ahora, eso no ocurrirá en Catalunya.