Quién compra un castillo
En Catalunya, como en el resto de España, hay un considerable ‘stock’ de extensas propiedades señoriales catalogadas en venta, aunque se cierran muy pocas operaciones al año
Todavía hoy en día existen en nuestro país centenares de castillos, palacios e incluso antiguas abadías catalogadas como Bien Cultural de Interés Nacional que son de titularidad privada. Se trata de un patrimonio de alto valor histórico que, tras pasar de generación en generación a veces durante siglos dentro de la misma familia, los propietarios no pueden o no quieren mantener y ponen a la venta. Frecuentemente, su precio no tiene tanto que ver con su antigüedad, estado de conservación o superfície de la edificación y las tierras como por su situación geográfica. “Hay casas señoriales inmensas y bien mantenidas en sitios nada turísticos por 500.000 euros que valdrían fortunas si estuvieran en otra zona”, explica Robert Menetray, propietario de Lançois Doval Gestión Patrimonial, que tiene en cartera unas 2.000 propiedades singulares en España, unas 200 de ellas en Catalunya. MUY DIFÍCILES DE VENDER Como destaca Herman Tops, gerente de Antic Masia, empresa especializada en fincas rústicas con algunos castillos y decenas de casas señoriales en oferta, “algunas estaban fuera de precio y se han adaptado a la situación actual y otras no, depende del propietario y la necesidad que tenga. Últimamente veo más gente que pregunta por este tipo de propiedades, pero no se cierran más de una o dos operaciones al año”.
Pocos particulares están interesados en adquirir una propiedad de estas características, que en la actualidad se destinan principalmente a negocios de hostelería y restauración y sedes corporativas, aunque además, “algunas fundaciones extranjeras compran para invertir”, señala Tops. EL MITO DEL COMPRADOR FORÁNEO “La gran complicación es que quien vende, vende sentimiento, y quien compra, compra piedras y busca rentabilidad”, argumenta Menetray, quien añade que “la singularidad tiene un precio, pero hay quien cree que vendrá gente de fuera y comprará lo que sea a cualquier cifra y no es así. Hay mucha leyenda sobre los compradores americanos y rusos, que aunque sí se quedan con algo, son pocos y suelen limitarse a las zonas cercanas a la costa, igual que los ingleses. Pero los que compran las fincas interiores (donde hay más oferta) son del país”.
Probablemente el producto más atractivo por su componente legendario sea el castillo de origen medieval. En Catalunya se venden unos pocos auténticos, a menudo ni se anuncian y los que lo hacen no publican su precio, lo que contribuye a agrandar su halo de misterio.