Bolsa y poco más
Las alternativas de inversión están cada vez más acotadas a la renta variable
Al margen de la monotonía de las interminables conversaciones y tiras y aflojas entre Bruselas y Atenas, estos días los mercados, en especial los de renta variable, tienen la vista puesta, en los resultados de la empresas correspondientes al primer trimestre del año. La oleada de cifras no ha hecho más que comenzar y la impresión que destilan los analistas pone de relieve un alto grado de aceptación. Tanto es así que las bolsas, en especial las europeas, a pesar de los numerosos incidentes de volatilidad causados por la crisis griega, ya incluyen en sus avances una buena aceptación de los beneficios empresariales, con mayoría de revisiones al alza.
Este panorama hace suponer que la renta variable, sobre todo la europea, va a seguir siendo el alimento preferido de los inversores. Los fondos de inversión siguen atrayendo cifras importantes de ahorro gracias a la confianza que ofrecen los mercados de acciones, aunque el inversor medio prefiere tomarse esta tendencia con una aceptación del riesgo más bien moderada. De ahí que los fondos de tipo mixto, en los que se pone una vela a la bolsa y otra a los mercados de bonos, siguen canalizando la mayor parte de las entradas netas de recursos procedentes del ahorro.
Las alternativas para los inversores son, fuera del mundo de los fondos, bastante precarias. Los mercados de deuda están incluso expulsando al in- versor particular. Esta última semana, hasta las letras a corto plazo españolas han apostado por los intereses negativos, lo que venía sucediendo en algunos países europeos pero también ahora en el mundo de la periferia. Los tipos negativos vistos esta semana en las letras a tres meses en el mercado primario se han extendido poco a poco a plazos superiores en otros países , un proceso que quizás tarde todavía algún tiempo en llegar a España pero que reduce bastante el atractivo de los activos de deuda como destinatarios potenciales de la inversión del ahorro particular.
Dentro del amplio abanico de los fondos de inversión, los que operan en los mercados bursátiles europeos son en estos mo-
Los tipos negativos están expulsando al inversor particular hacia los fondos de inversión
mentos los que presentan mejores expectativas de crecimiento, aunque ya han realizado buena parte de su recorrido alcista. La bolsa estadounidense presenta ya síntomas de agotamiento y las bolsas de mercados emergentes tienen un horizonte algo incierto debido a la futura subida de tipos de interés en EE.UU. y la cada vez más preocupante debilidad de China. Los fondos que operan en la bolsa española forman parte, en todo caso, del colectivo de destinatarios preferentes de la inversión dada la positiva evolución de la bolsa española.