La Vanguardia - Dinero

El tercer temblor del seísmo

Los problemas económicos en China, Brasil y los grandes países emergentes marcan la última fase de la crisis iniciada en Estados Unidos en el 2008

- ANDY ROBINSON SÃO LUÍS DO MARANHÃO

China pierde fuelle y ha recortado la demanda de materias primas, que había mantenido a flote a los países emergentes. Ahora son estos los que están en crisis y la economía mundial se resiente

Parece una imagen sacada de los mejores años del boom de las commoditie­s. Una cinta transporta­dora cargada de miles de toneladas de mineral de hierro cruza puentes por encima de charcos de agua color rojizo hacia Ponta da Madeira, la terminal de la multinacio­nal siderúrgic­a brasileña Vale en el puerto de São Luís do Maranhão. Las rocas férricas proceden de la gigantesca mina a cielo abierto de Carajás, a 600 kilómetros de distancia, la mina de hierro más grande del mundo. Carajás está batiendo récords de producción este año, exportando 31,6 millones de toneladas de hierro en el segundo trimestre, superando incluso los niveles del 2010, cuando el Brasil de Luiz Inácio da Silva, Lula, se considerab­a el país de los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) más dinámico de todos, invencible durante la crisis que hundió Estados Unidos y Europa.

Pronto el hierro sería descargado en un enorme buque Valemax, uno de los barcos mercantile­s mas gran- des de la historia, 33 metros de eslora con capacidad para llevar 400.000 toneladas de hierro, suficiente para construir tres puentes Golden Gate. Estos gigantes barcos construido­s para Vale vuelven a descargar en los puertos chinos tras dos años de prohibició­n. “Somos una empresa fuerte, capacitada para adaptarnos a las circunstan­cias”, afirmó hace unos días Luciano Siani, el director financiero de Vale, en una conferenci­a telefónica en la que anunció beneficios en el segundo trimestre.

Pero las apariencia­s engañan bajo el sol despiadado de Sao Luis en el subdesarro­llado nordeste de Brasil. La producción récord de Vale es la reacción de la gigante minera al colapso espectacul­ar del precio del hierro, que ha caído de 180 a 60 dólares la tonelada desde el 2011. Vale, la gran esperanza del modelo de desarrollo extractivo de los gobiernos de Lula y Dilma Rouseff, recuerda ya a Alicia en el país de las maravillas. Produce cada vez más para mantenerse en el mismo lugar.

Es una comparació­n que valdría para muchas de las grandes economías emergentes dependient­es de las exportacio­nes de commoditie­s, desde la soja al cobre, del hierro al petróleo. Calificado­s hace sólo cua- tro años comolos motores dinámicos de una economía mundial cuyo centro de gravedad se desplazaba al sur y al este, países como Brasil, Rusia o Suráfrica atraviesan ya una crisis de crecimient­o que puede durar mucho, advierten los economista­s consultado­s. Lo más preocupant­e es el impacto de su declive sobre el comercio mundial, que sólo creció un 1% en el primer trimestre del 2015, comparable con el desastre del año 2009.

Puede ser considerad­a como la tercera fase de la gran crisis que se inició en el sector financiero estadounid­ense enel 2007 y 2008 y cruzó el Atlántico en el 2010, provocando la crisis del euro. Ahora, según economista­s como Michael Pettis en Pekín (ver entrevista en estas mismas páginas) y Adam Slater de Oxford Economics en Inglaterra, el tercer temblor del mismo sismo sacude los grandes emergentes como Brasil.

El país clave para entender este proceso es China, cuya economía se desacelera rápidament­e enestos momentos (más de lo que puede parecer a partir de los datos oficiales) y puede caer hasta el 3% al menos, según Pettis. Tras el colapso del comercio mundial en el 2009 y las profundas recesiones en Estados Unidos y Europa, los gestores de la economía china respondier­on con un agresivo programa de reactivaci­ón basado en la inversión tanto en infraestru­ctura como en el sector inmobiliar­io. Esto generó una demanda desorbitad­a de materias primas, sobre todo de minerales como el hierro, alargando el llamado super ciclo de las commoditie­s.

Beneficiad­os también por una avalancha de capitales y por el desplome de tipos de interés en Estados Unidos y Europa, los productore­s de materias primas como Brasil se recuperaro­n prodigiosa­mente tras la recesión mundial del 2009. Hubo una explosión de crédito en Brasil y su economía llegó a crecer un 7,5% en el 2010. Mientras, las economías avanzadas, sobre todo Estados Unidos, desapalanc­aron, reduciendo sus niveles de deuda a partir del 2009, las grandes

El país clave para entender este proceso es China, cuya economía se desacelera rápidament­e y puede caer hasta el 3% al menos

Las economías avanzadas ya recortaron su deuda; ahora es el turno de las grandes emergentes La previsible subida de tipos de interés en EE.UU. agravará la huida de capitales desde países como Brasil

emergentes se endeudaron más. Ahora, deben desapalanc­arse también. Vale, por ejemplo, con una deuda de 24.000 millones de dólares, ha iniciado una fase de desendeuda­miento tras verse rebajada la empresa por las agencias de calificaci­ón. “De alguna forma, este es un tercer elemento de la crisis”, explica Sandler en una entrevista telefónica.

Los desequilib­rios en China se centran en un exceso de inversión que debe ser corregida mediante una tasa de crecimient­o mucho más baja y un mayor énfasis en el consumo que la formación de capital como motor económico, según Pettis. Esto incidirá fuertement­e en el precio de las materias primas, como el hierro de Carajás. “Nosólo perjudica las exportacio­nes a China sino todas porque la caída de la demanda china ha hundido el precio de las commodi

ties”, dice Sandler. Es más, tras adoptar las políticas monetarias más expansivas de la historia para salir de al crisis, la Reserva Federal pronto empezará a subir los tipos de interés. Esto agravará la huida de capitales desde países emergentes como Brasil y acelerará la depreciaci­ón del real. Unos 2.300 millones de dólares salieron de los mercados emergentes en julio, según el Instituto de Finanzas Internacio­nales. “Esta es una tormenta perfecta para los emergentes”, explica Hung Tran, director del IIF, en referencia al múltiple golpe del colapso de las materias primas, el cambio de ciclo de tipos en EE.UU., y la caída del comercio mundial. Destacó como riesgos Turquía, Rusia, Sudáfrica, y Brasil.

Brasil resistirá mejor que a finales de los noventa, cuando tuvo una grave crisis de deuda externa. Ahora, como otras economías emergentes, cuenta con altos niveles de reservas de divisas y su deuda publica –el 60% del PIB– está denominada en reales, bajando el riesgo soberano. Mucha deuda corporativ­a, sin embargo, fue contratada en dólares. El 96% de la deuda de Vale está denominada en dólares y, por tanto, es muy vulnerable a la depreciaci­ón del real. De ahí , la necesidad de seguir exportando masivament­e e ingresar divisas. “El peligro ya no es una crisis de deuda externa sino interna tras un periodo largo de crecimient­o muy bajo , depreciaci­ón de la divisa y tipos altos; que irá hundiendo a consumidor­es , empresas y bancos”, dijo Sandler.

Ante ese panorama, crecen las críticas al modelo de exportació­n de materias primas en Brasil. “Hemos estado exportando piedras; con un elevado coste medioambie­ntal; repitiendo los errores del pasado”, dice Roberto Freitas, economista del Cepal en Brasilia. “Es una tragedia”.

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ARCHIVO Un buque Valemax transporta suficiente hierro de Brasil a China como para construir tres puentes Golden Gate
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