Poca I+D+D en tecnologías energéticas
El pasado mes de julio, Maria van der Hoeven, directora ejecutiva de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), presentaba en Madrid un análisis de la situación y evolución reciente de los diversos sectores energéticos y de la política energética de España. Las líneas que siguen se basan en el contenido de uno de los capítulos de dicho informe (Energy Policies of IEA Countries: Spain – 2015 Review) centrado en la evaluación de la investigación, desarrollo y demostración (I+D+D) en tecnologías energéticas en nuestro país.
Según la AIE, en España, la financiación pública de las actividades de investigación y desarrollo en materia energética se ha situado tradicionalmente a niveles más bajos que en la mayoría de los países industrializados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Y la crisis económica todavía ha exacerbado más esta situación. De esta manera, el gasto gubernamental en I+D+D cayó de cerca de 163 millones de euros en el 2012 a 72,4 millones en el 2013. Una cifra esta última que equivale a 1,8 euros per cápita por año y que nos indica que la relación entre el citado gasto respecto al PIB es de un 0,09 por cada 1.000 dólares, casi cinco veces por debajo del 0,44 de la media de los países de la OCDE.
Sin duda, la situación expuesta puede calificarse de decepcionante. Pero las culpas no recaen exclusivamente sobre los gobiernos. En su informe, la AIE constata asimismo que el gasto en investigación y desarrollo (I+D) efectuado por entidades privadas es particularmente bajo y que en estas la innovación depende en gran medida del apoyo gubernamental. Concretamente, en el 2012, la inversión en I+D de las empresas energéticas de nuestro país totali- zó una cantidad equivalente al 0,69% del PIB, mientras que la media de la OCDE por el mismo concepto se situó en el 1,63%. Además, el estudio de la AIE revela que en el transcurso de la última década el esfuerzo inversor en I+Dpor parte de las compañías energéticas aumentó a un ritmo menor que el proveniente del sector público. La Agencia considera que la dependencia de la ayuda gubernamental hace que las actividades de I+D de las empresas energéticas estén expuestas a los recortes en los presupuestos públicos, tal y como ha sucedido durante la crisis económica que estamos intentando dejar atrás.
Más allá del diagnóstico y desde la perspectiva de posibles soluciones, la AIE recuerda que nuestro país ha aprobado recientemente un plan para intentar paliar la situación expuesta en los párrafos precedentes. De este modo, el Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2013-2016 contempla un sustancial incremento de la financiación proveniente del sector privado con el fin que las inversiones en investigación, desarrollo e innovación en nuestro país se aproximen a la media de la Unión Europea.
Dicho plan se centra en tres áreas de actuación: 1) el desarrollo de instrumentos para la cooperación público-privada de cara a lograr una mayor participación de la financiación privada en actividades desarrolladas de forma conjunta con universidades y centros de investigación públicos; 2) la adopción de medidas que estimulen la financiación por bancos y otras entidades de compañías innovadoras, especialmente de aquellas de reciente creación y con una base tecnológica; y 3) la creación de un ambiente favorable al desarrollo de capital-riesgo, tanto nacional como internacional y de naturaleza pública o privada, propiciando que dichos fondos resulten accesibles para las empresas innovadoras.
Aunque todo esto puede sonar a música celestial, la AIE pone como ejemplo de los posibles caminos a explorar en el futuro un caso concreto de partenariado público-privado: el de la Alianza por la Investigación y la Innovación Energéticas” (ALINNE). Esta iniciativa, impulsada en el 2011 con el propósito de identificar aquellas áreas tecnológicas en las que España debería centrar sus esfuerzos en innovación energética, incorpora por parte del capital privado a una serie de compañías (Abengoa, Acciona, ACS, Endesa, Gas Natural Fenosa, GPTech, Iberdrola, Inerco, Red Eléctrica de España y Repsol), muchas de las cuales tienen en la actualidad una fuerte presencia en el ámbito internacional.
Y el remedio a nuestros males, también pasa por seguir llamando a las puertas de la UE. En este sentido, la AIE recuerda que para paliar el bajo nivel de financiación obtenido en España para proyectos de I+D+D en energía, muchas entidades de nuestro país han tenido un éxito notable a la hora de obtener fondos procedentes de Bruselas. Así, en el 2013, España recibió por el concepto comentado 43 millones de euros procedentes del Séptimo Programa Marco 2007-2013 de la UE. Las entidades españolas participaron en 27 de los 43 programas susceptibles de obtener ayudas, liderando cinco de ellos, de modo que tan sólo Alemania e Italia recibieron más financiación. Por otra parte, en el 2013, el Fondo Europeo para el Desarrollo Regional (FEDER), también aportó varios millones de euros en ayudas a empresas de nuestro país para el desarrollo de proyectos relacionados con la I+D+D en energía. La AIE estima que durante el transcurso del periodo 2007-2013, las entidades españolas han recibido de la UEcasi 220 millones de euros para proyectos de I+D+D en el ámbito de la energía, excluyendo la nuclear.
Finalmente, la AIE concluye que con el fin de maximizar el impacto de las actividades de I+D en un contexto económico de crisis, lo que inevitablemente conlleva limitaciones de financiación, resulta esencial concertar las capacidades de todos los actores involucrados en el sistema de innovación (científicos, técnicos, gobierno central, comunidades autónomas e interlocutores sociales) con el propósito de definir objetivos y prioridades sobre la base de una evaluación profunda de fortalezas y debilidades. ¿Para cuándo un pacto de Estado en energía?
La inversión en I+D de las empresas energéticas españolas equivalió al 0,69% del PIB en el 2012, mientras que la media de la OCDE fue del 1,63%” Para paliar el bajo nivel de financiación en España para proyectos de I+D+D en energía, muchas entidades locales acuden con éxito a la UE”