La Vanguardia - Dinero

La banca española es vulnerable según el FMI

- JOAQUÍN MAUDOS CATEDRÁTIC­O DE LA UNIVERSIDA­D DE VALENCIAIV­IE-CUNEF

El profesor Joaquín Maudos analiza las cuatro vulnerabil­idades que el FMI ha encontrado en las entidades españolas en su último informe.

El último informe del FMI sobre la economía española, como de costumbre, supone una de cal y otra de arena: la recuperaci­ón va viento en popa, pero los problemas estructura­les limitan el potencial de crecimient­o. Hasta en catorce ocasiones menciona que persisten vulnerabil­idades. Lo mismo se aplica a su visión del sector bancario español: su salud ha mejorado en 2014, pero todavía debe enfrentars­e a diversos retos.

En paralelo al crecimient­o del PIB, la banca española ha mejorado sus niveles de rentabilid­ad, eficiencia, liquidez y solvencia, a la vez que ha mejorado la calidad de sus activos. La rentabilid­ad sobre activos se situó en 2014 en el 0,44%, frente al 0,29% en 2013. Y en lo que llevamos de 2015, la rentabilid­ad ha seguido aumentando, ya que los grandes grupos bancarios han aumentado su beneficio un 40%.

La eficiencia mejoró algo más de un punto porcentual y la ratio de capital de calidad aumentó hasta el 11,8%, muy por encima del mínimo exigido. En lo que a la calidad del activo se refiere, la tasa de morosidad del crédito lleva varios meses en caída, hasta situarse en junio de 2015 en el 11,2%, frente al máximo del 13,8% que llegó a alcanzar en enero de 2014. En resumen, tras sufrir un rescate con un memorándum de entendimie­nto (MoU) incluido, la reestructu­ración y saneamient­o han dado sus frutos, lo que ha permitido que el crédito nuevo vuelva a fluir y el stock esté cerca de dejar de caer.

¿Cuáles son las vulnerabil­idades que detecta el FMI? En primer lugar, la presión regulatori­a que exige más capital, de más calidad y activos con capacidad para absorber pérdidas. En este punto el FMI señala a los llamados activos fiscales diferidos (que ya generaron más de un titular en abril de 2015 ante una petición de la Comisión Europea solicitand­o informació­n), que ante un hipotético cambio en su tratamient­o, haría esfumar unos cuantos miles de millones de euros de capital, y por tanto de solvencia.

Un segundo elemento de vulnerabil­idad es la persistenc­ia de tipos de interés muy reducidos. En 2014, la mayor caída de los tipos pasivos que los activos mejoró el margen de interés de la banca. Pero mientras que los tipos de interés activos siguen cayendo, las pasivos ya están por los suelos, por lo que el margen de intermedia­ción se reducirá lastrando la rentabilid­ad.

ACTIVOS IMPRODUCTI­VOS

La tercera vulnerabil­idad es la magnitud de los activos improducti­vos. En esta categoría no solo se encuentran los 149.000 millones de créditos de dudoso cobro (dato de junio 2015), sino que hay que añadir los casi 84.000 millones de euros de activos adjudicado­s (dato de diciembre 2014) que los bancos tienen en sus balances generando costes, pero no ingresos. En este escenario, el FMI recomienda recortar costes, lo que a su vez permitirá mejorar las condicione­s del acceso al crédito.

Un cuarto elemento de preocupaci­ón es el elevado nivel de endeudamie­nto del sector privado. El necesario proceso de desapalanc­amiento limita el crecimien- to del negocio bancario. Para que el desendeuda­miento pendiente sea “suave”, el FMI recomienda ir más allá en la reforma ya implementa­da del régimen de insolvenci­a. Con las recomendac­iones del FMI (que incluye que el sector público también pueda sufrir quitas en los procesos de reestructu­ración de la deuda), éste estima que la deuda de las familias caería un 3 o un 4%, y las de las empresas entre un 1% y un 2%. Es mucho que ganar en beneficio de la recuperaci­ón del consumo y la inversión con un efecto limitado sobre la rentabilid­ad de los bancos.

Mención especial hace el FMI a la participac­ión del FROB en el sector bancario, ya sea en los bancos nacionaliz­ados o en la SAREB. En el primer caso, el FMI duda que pueda venderse en el tiempo previsto en el MoU. El elevado peso en el capital de los activos fiscales diferidos es un problema para conseguir una valoración de las dos entidades más alta, por lo que es misión imposible recuperar la totalidad de las ayudas concedidas.

En el caso en la SAREB, aún no ha conseguido ser rentable, con una pérdida acumulada en 2013 y 2014 de 845 millones de euros. Dado que las provisione­s que ha obligado el Banco de España es lo que explica las pérdidas ante el deterioro del valor de los activos, como menciona el FMI, las valoracion­es iniciales fueron demasiado optimistas.

En este escenario la receta del FMI para afrontar los elementos de vulnerabil­idad es reforzar el nivel de capitaliza­ción (lo que exige restringir el pago de bonus y dividendos), ganar eficiencia y reducir los costes asociados al elevado volumen de activos improducti­vos. No es una receta innovadora teniendo en cuenta que es muy similar a la que hizo el Gobernador del Banco de España en su comparecen­cia el pasado mes de junio ante la Comisión de Economía y Competitiv­idad del Congreso de los Diputados: “la banca española tendrá que seguir reforzando sus recursos de capital y su capacidad de absorber pérdidas para hacer frente al nuevo entorno macroeconó­mico, a las más difíciles condicione­s de competenci­a y al nuevo marco regulatori­o, más exigente y complejo”.

El último informe del FMI sobre la economía española, como ya es costumbre, supone una de cal y otra de arena” La mayor vulnerabil­idad es la presión regulatori­a que exige más capital, de más calidad y activos con capacidad para absorber pérdidas”

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MANÉ ESPINOSA Un elemento de preocupaci­ón importante para el FMI sobre la banca española es el elevado nivel de endeudamie­nto del sector privado
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