¿Estamos ante un nuevo ciclo bursátil?
El profesor Tornabell critica a las autoridades chinas por la torpeza mostrada para regular y seguir de cerca la evolución de la Bolsa de Shanghái
En la edición del día 9 de esta sección anticipábamos los temores de un posible colapso de las bolsas de China. En los últimos meses los índices de la bolsa de Shanghai se habían doblado. Las pérdidas superaban ya el valor de todas las acciones de las bolsas de la India y señalábamos que China se jugaba mucho ante un posible colapso porque el grueso de las compañías estatales cotiza en ella y su fracaso sería el del régimen. Y si eso ocurriera los que financiaron las desafortunadas compras a crédito perderían lo que debía financiar la economía real y el país entraría en un ciclo nefasto.
Desde el pasado mes de junio, los inversores de toda Europa sufrieron pérdidas sincopadas; caídas seguidas de ligeras recuperaciones. En julio, y ante el colapso de la Bolsa de Shanghai, las pérdidas fueron de mayor consideración. Los fondos de inversión españoles sufrieron pérdidas generalizadas. El lunes 24 de esta semana, calificado de negro, asistimos a una caída libre, y el contagio fue mundial.
El martes 25 y a pesar de la sangría de Shanghai, Europa y Estados Unidos hicieron caso omiso y empezaron una tendencia al alza, más del 5% Euro Stoxx50 y por encima del 4% Ibex 35, pero no podemos descartar otras caídas libres.
En la reunión del Comité de la Reserva Federal aumentaron los votos para subir los tipos de interés oficiales en pocas semanas, probablemente en Septiembre, pero como dijo Shakespeare lo que empieza mal va a peor, y China demostró que no sabe cómo hacer frente a la corrupción de su sis- tema financiero y la extensión de la banca en la sombra (shadow banking), que no es más que la banca no regulada y libre de controles, que financió las compras a crédito de las acciones que no parecían tener un techo en las bolsas de China, pues los límites eran del 10% al alza o a la baja. En un artículo reciente, el Premio Nobel Paul Krugman, mostró su asombro por la torpeza de las autoridades chinas para regular y seguir de cerca la evolución de la bolsa de Shanghai. En vez de exigir un mayor margen para los que querían comprar acciones a crédito lo bajaron y eso provocó una demanda exponencial sobre todas las cotizadas. Es posible, sostuvo Krugman, que las autoridades no sepan que los mercados no se manipulan y que tienen leyes propias, lo que debería ser causa de preocupación en Occidente, pues no es bueno dormir al lado de un elefante de movimientos inesperados. Krugman cree también que las autoridades persiguieron aumentar la financiación de las empresas públicas que cotizan en los mercados de capitales y dar pie a nuevas ampliaciones, pero los resultados fueron los que ya conocemos todos. No actuaron a tiempo poniendo coto a la banca en la sombra, unas instituciones que preocupan a la Comisión Europea y que asoman con sigilo su cabeza en el mercado español y finalmente llegó el colapso de las cotizaciones. Millones de chinos perdieron sus ahorros.
PRIMERAS MEDIDAS
El Banco Central y el Regulador han tomado las primeras medidas. Reducir las reservas obligatorias de los bancos, bajar 25 pun-
Las autoridades chinas han mostrado su torpeza para regular y seguir de cerca la evolución de la Bolsa de Shanghai”
tos básicos (pb) en los préstamos y bajar a 1,75% la remuneración de los depósitos a un año. Pero además de las inyecciones de liquidez al cierre se aprobó que los Fondos de Pensiones pudieran comprar hasta el 30% de sus recursos en acciones. Se trata de las primeras medidas, pero la gravedad de la situación pide medidas más radicales.
¿Consecuencias para la economía real de la UE? Las empresas alemanas han sido las primeras en tomar medidas, pues han perdido competitividad. Los coches de gama alta pierden exportaciones hacia China, desde Mercedes Benz a Porsche; Audi y BMW, y reducen las líneas de producción de sus fábricas localizadas en China. De nuevo, invierten en Estados Unidos porque los robots permiten notables reducciones de costes, como es el caso de BMW en las fábricas de General Motors.
Para concluir, conviene repasar lo que nos ocurrió a los occidentales. En los peores momentos de la crisis que empezó en el mes de agosto 2007 en Estados Unidos, las bolsas mundiales se recuperaron a partir de marzo 2009. Pero los índices dieron un tirón alcista porque la Reserva Federal publicó los resultados de las pruebas de resistencia de los grandes bancos americanos, que representaban más del sesenta por ciento de los activos del sistema. Wall Street lanzó cohetes y todas las bolsas, especialmente Ibex 35, respondieron con tracas gigantescas. Luego tuvimos correcciones, pero cuando una de las mayores economías del mundo no puede gestionar el colapso de sus bolsas la cuestión es preocupante.
Si la economía es global, también lo son los mercados financieros y, con mayor motivo, las bolsas de acciones y renta fija. Ya no es suficiente diversificar los fondos de inversión, porque los coletazos de China llegan a todos los mercados, si bien Wall Street va a tener ventajas como refugio de todos los capitales que buscan mantener el valor y dejan de comprar oro, un metal que China acumuló hasta junio, semanas antes de su gran crisis financiera. Las situaciones de pánico difícilmente se resuelven con medidas de poco calado.