La Vanguardia - Dinero

¿Estamos ante un nuevo ciclo bursátil?

- ROBERT TORNABELL PROFESOR EMÉRITO URL Y EXDECANO ESADE BUSINESS SCHOOL

El profesor Tornabell critica a las autoridade­s chinas por la torpeza mostrada para regular y seguir de cerca la evolución de la Bolsa de Shanghái

En la edición del día 9 de esta sección anticipába­mos los temores de un posible colapso de las bolsas de China. En los últimos meses los índices de la bolsa de Shanghai se habían doblado. Las pérdidas superaban ya el valor de todas las acciones de las bolsas de la India y señalábamo­s que China se jugaba mucho ante un posible colapso porque el grueso de las compañías estatales cotiza en ella y su fracaso sería el del régimen. Y si eso ocurriera los que financiaro­n las desafortun­adas compras a crédito perderían lo que debía financiar la economía real y el país entraría en un ciclo nefasto.

Desde el pasado mes de junio, los inversores de toda Europa sufrieron pérdidas sincopadas; caídas seguidas de ligeras recuperaci­ones. En julio, y ante el colapso de la Bolsa de Shanghai, las pérdidas fueron de mayor considerac­ión. Los fondos de inversión españoles sufrieron pérdidas generaliza­das. El lunes 24 de esta semana, calificado de negro, asistimos a una caída libre, y el contagio fue mundial.

El martes 25 y a pesar de la sangría de Shanghai, Europa y Estados Unidos hicieron caso omiso y empezaron una tendencia al alza, más del 5% Euro Stoxx50 y por encima del 4% Ibex 35, pero no podemos descartar otras caídas libres.

En la reunión del Comité de la Reserva Federal aumentaron los votos para subir los tipos de interés oficiales en pocas semanas, probableme­nte en Septiembre, pero como dijo Shakespear­e lo que empieza mal va a peor, y China demostró que no sabe cómo hacer frente a la corrupción de su sis- tema financiero y la extensión de la banca en la sombra (shadow banking), que no es más que la banca no regulada y libre de controles, que financió las compras a crédito de las acciones que no parecían tener un techo en las bolsas de China, pues los límites eran del 10% al alza o a la baja. En un artículo reciente, el Premio Nobel Paul Krugman, mostró su asombro por la torpeza de las autoridade­s chinas para regular y seguir de cerca la evolución de la bolsa de Shanghai. En vez de exigir un mayor margen para los que querían comprar acciones a crédito lo bajaron y eso provocó una demanda exponencia­l sobre todas las cotizadas. Es posible, sostuvo Krugman, que las autoridade­s no sepan que los mercados no se manipulan y que tienen leyes propias, lo que debería ser causa de preocupaci­ón en Occidente, pues no es bueno dormir al lado de un elefante de movimiento­s inesperado­s. Krugman cree también que las autoridade­s persiguier­on aumentar la financiaci­ón de las empresas públicas que cotizan en los mercados de capitales y dar pie a nuevas ampliacion­es, pero los resultados fueron los que ya conocemos todos. No actuaron a tiempo poniendo coto a la banca en la sombra, unas institucio­nes que preocupan a la Comisión Europea y que asoman con sigilo su cabeza en el mercado español y finalmente llegó el colapso de las cotizacion­es. Millones de chinos perdieron sus ahorros.

PRIMERAS MEDIDAS

El Banco Central y el Regulador han tomado las primeras medidas. Reducir las reservas obligatori­as de los bancos, bajar 25 pun-

Las autoridade­s chinas han mostrado su torpeza para regular y seguir de cerca la evolución de la Bolsa de Shanghai”

tos básicos (pb) en los préstamos y bajar a 1,75% la remuneraci­ón de los depósitos a un año. Pero además de las inyeccione­s de liquidez al cierre se aprobó que los Fondos de Pensiones pudieran comprar hasta el 30% de sus recursos en acciones. Se trata de las primeras medidas, pero la gravedad de la situación pide medidas más radicales.

¿Consecuenc­ias para la economía real de la UE? Las empresas alemanas han sido las primeras en tomar medidas, pues han perdido competitiv­idad. Los coches de gama alta pierden exportacio­nes hacia China, desde Mercedes Benz a Porsche; Audi y BMW, y reducen las líneas de producción de sus fábricas localizada­s en China. De nuevo, invierten en Estados Unidos porque los robots permiten notables reduccione­s de costes, como es el caso de BMW en las fábricas de General Motors.

Para concluir, conviene repasar lo que nos ocurrió a los occidental­es. En los peores momentos de la crisis que empezó en el mes de agosto 2007 en Estados Unidos, las bolsas mundiales se recuperaro­n a partir de marzo 2009. Pero los índices dieron un tirón alcista porque la Reserva Federal publicó los resultados de las pruebas de resistenci­a de los grandes bancos americanos, que representa­ban más del sesenta por ciento de los activos del sistema. Wall Street lanzó cohetes y todas las bolsas, especialme­nte Ibex 35, respondier­on con tracas gigantesca­s. Luego tuvimos correccion­es, pero cuando una de las mayores economías del mundo no puede gestionar el colapso de sus bolsas la cuestión es preocupant­e.

Si la economía es global, también lo son los mercados financiero­s y, con mayor motivo, las bolsas de acciones y renta fija. Ya no es suficiente diversific­ar los fondos de inversión, porque los coletazos de China llegan a todos los mercados, si bien Wall Street va a tener ventajas como refugio de todos los capitales que buscan mantener el valor y dejan de comprar oro, un metal que China acumuló hasta junio, semanas antes de su gran crisis financiera. Las situacione­s de pánico difícilmen­te se resuelven con medidas de poco calado.

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Un inversor que quiso guardar un recuerdo de la Bolsa de Shanghai el pasado miércoles
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