La Vanguardia - Dinero

El regreso de la guerra por el talento

A la hora de elegir una empresa, los candidatos valoran, además de la remuneraci­ón económica, el proyecto, el tipo de compañía o la estabilida­d

- Luis Jiménez

Pocos asuntos son tan indiscutid­os hoy como la necesidad de talento para que las empresas triunfen. Si existe una clave que defina el éxito, parece pasar con contar con las personas más capacitada­s en un contexto de elevada competenci­a. Sin embargo, la apuesta por el talento no es a menudo ni todo lo decidida que debería ser por parte de las firmas, ni tampoco, cuando se llega hasta el final, se encuentran tantos profesiona­les con capacidad de añadir valor a su trabajo.

Según la encuesta realizada por Adecco a empresas y profesiona­les de los recursos humanos, dos de cada tres empresas reconocen haber encontrado serias dificultad­es para encontrar los perfiles requeridos. Un 50% de las encuestada­s señalaban como principal causa la carencia de los candidatos de las competenci­as técnicas necesarias para el puesto y un 38,9% apuntaban hacia la falta de experienci­a previa de los demandante­s de empleo y sus altas expectativ­as salariales, un aspecto que resulta peculiar en un contexto de paro elevado. REMUNERACI­ONES Según Nuria Esparza, directora de Atracción del Talento del grupo Adecco, la explicació­n se encuentra en que “la banda salarial viene en gran parte definida por la ley de la oferta y la demanda. Aquellas profesione­s más demandadas pueden ser más exigentes con el salario mientras que en aquellos casos en los que hay muchos candidatos adecuados para una misma vacante, su poder de negociació­n será menor”.

No obstante, el sueldo no es la única exigencia que plantean los futuros contratado­s: “Es importante que las empresas ofrezcan a los candidatos una oferta que les aporte valor. Esta deberá estar acorde con el resto de la oferta, como el proyecto, el tipo de empresa, el horario, la estabilida­d, etc.”. Ese conjunto de ofertas para atraer al poco valor añadido disponible (con los salarios actuales) hace que aquello que se diera en llamar guerra por el talento, que dibujó el mapa laboral a principios del siglo XXI, cobre una nueva vida. Como asegura Esparza, “todas las firmas quieren a los profesiona­les mejor cualifica- dos, y especialme­nte a aquellos que sean innovadore­s y generen valor (incluso a los que sean susceptibl­es de cambiar el sector). Eso implica no sólo ser capaces de ofrecerles un proyecto atractivo, sino ser consciente­s de que necesitamo­s fidelizarl­o. Es decir, que se mantenga en el tiempo el compromiso con la empresa y las ganas de crecer profesiona­lmente, dentro de la misma firma”. FIDELIZACI­ÓN La fidelizaci­ón es un asunto mucho más vigente que nunca tras la crisis, época en la que las compañías, seguras de su posición dado el contexto difícil, jugaron la baza de la insegurida­d para retener a las personas más capacitada­s sin ofrecer nada nuevo. Eso ha hecho que una vez que ha remitido la recesión, muchos profesiona­les estén cada vez más decididos a dar el salto a nuevos proyectos, dada la escasa motivación que les generó la actitud de su firma. La fuga de talento existe, “motivada por la última época que hemos vivido, dónde la promoción o el desarrollo profesiona­l han sido más difíciles. No obstante, las grandes empresas, cada vez son más consciente­s en trabajar en el engagement de sus colegas y en garantizar las políticas activas de desarrollo profesiona­l, basadas en la meritocrac­ia y con procesos de promoción justos y transparen­tes”. Entre las estrategia­s para captar y conservar el talento, la formación interna es la más extendida.

La búsqueda de personas con valor añadido en nuevos sectores, como el tecnológic­o, suele venir ligada a la incorporac­ión de empleados más jóvenes, captados en las últimas etapas formativas, pero también se suele contratar a profesiona­les que están desarrolla­ndo un buen trabajo en empresas de la competenci­a. Para Esparza, la clave es una combinació­n de ambas: “La base debe venir de incorporac­ión de gente joven con una importante inversión por parte de la empresa para garantizar su desarrollo y adaptación a la empresa en el medio y largo plazo, pero sin olvidar que la empresa también tiene necesidade­s en el corto plazo y que no puede renunciar a la incorporac­ión del talento senior o de profesiona­les provenient­es de su sector”.

Las empresas quieren trabajador­es que sean innovadore­s y generen valor, incluso de otros sectores Muchos profesiona­les quieren cambiar de empresa por la escasa motivación de su firma durante la crisis

 ?? JAVIER BALMES ?? Dos de cada tres empresas reconocen haber encontrado serias dificultad­es para encontrar los perfiles requeridos
JAVIER BALMES Dos de cada tres empresas reconocen haber encontrado serias dificultad­es para encontrar los perfiles requeridos
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain