Colombia apuesta por el turismo
El sector se posiciona como uno de los más atractivos para la inversión tras los acuerdos de paz
El Estado concede una exención impositiva durante 30 años a los hoteles que se erijan hasta el 2017 Santos reafirma ante la asamblea de la OMT en Medellín su apoyo al desarrollo turístico tras la paz
Colombia tiene desde esta semana fecha para la paz, que se firmará antes del mes próximo de marzo. La desaparición de la guerrilla de las FARC supondrá un espaldarazo para la economía del país sudamericano, que ya se ha visto beneficiada por la simple expectativa creada por las negociaciones de La Habana. Los inversores extranjeros tienen en la mira a Colombia, cuyo Gobierno apuesta especialmente por el sector turístico.
“¡Cómo no le vamos a apostar al turismo, si es una pieza fundamental del desarrollo!”, exclamaba el presidente Juan Manuel Santos hace unos meses. En los últimos días, el mandatario ha multiplicado sus referencias y su apoyo explícito al sector. La semana pasada, Santos inauguró en Medellín la Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo (OMT) y el pasado fin de semana se reunió en Cartagena de Indias con un grupo de empresarios españoles para reafirmar su apuesta.
El turismo acaba de superar al carbón como segundo generador de divisas, después del petróleo. Unos 4.500 millones de euros anuales. Cuando Santos llegó al poder en el 2010, la meta de visitantes extranjeros para sus primeros cuatro años de gobierno era alcanzar los cuatro millones. La cifra fue superada en 200.000 turistas.
Ahora el viceministerio de Turismo pretende lograr cinco millones de visitantes en el 2018, alcanzar ingresos de divisas por 5.400 millones de euros y crear 300.000 empleos, lo que haría que unos dos millones de personas trabajaran en el sector, en un país donde desde el 2010 se han abierto 175 hoteles nuevos con más de 20.000 habitaciones. Y hay otro medio centenar de proyectos hoteleros en marcha.
“Le damos al turismo una inmensa importancia dentro de nuestro plan de desarrollo y nuestra economía”, dijo Santos en la reunión de la OMT, donde recordó que su gobierno ofrece una exención de impuestos durante 30 años para todos los hoteles que se construyan antes del 31 de diciembre del 2017. “Cuando Sri Lanka firmó la paz, el turismo se disparó un 34% en sólo un año y algo así pasará en Colombia”, aseguró el presidente. “Si somos la economía que más cre- ce en la región, imaginen el potencial de este país cuando podamos firmar la paz”, agregó.
A pesar del actual frenazo económico y de la caída de los precios de las materias primas como el petróleo, Colombia es uno de los países latinoamericanos que más crecerá este 2015, un 3,4% según la Cepal. Los estudios más conservadores indican que la paz podría representar 0,7 puntos de crecimiento adicional cada año. Otras proyecciones exageradamente optimistas hablan de que Colombia du- plicaría su PIB en ocho ejercicios.
“El dividendo de la paz es inmensamente grande”, reconoce a
La Vanguardia el presidente del BBVA en Colombia, Óscar Cabrera, durante una entrevista en Cartagena de Indias. El ejecutivo del primer banco extranjero en el país –cuarto contando a los nacionales–, con una cuota de mercado del 15% en clientes particulares, sostiene que “cada vez hay mayor interés” del empresariado español por Colombia pero insiste en que para obtener los réditos de la paz habrá que “poner la in- versión por delante”. Una inversión que la entidad aspira en gran parte a canalizar.
“Colombia es como si fuera un coche potente que va con el freno de mano echado, y así lleva cincuenta años; tú lo aceleras, lo aceleras y aquello se pega un calentón tremendo pero no arranca porque tiene el freno de mano echado. Y es la violencia. Hay que quitar ese freno de mano y dejar este vehículo que camine sin esta restricción”, ilustra gráficamente Cabrera.
Por su parte, el coordinador de Promoción del viceministerio de Turismo, Ricardo Cifuentes, también reconoce que “los ojos del mundo han puesto su mirada en Colombia” pero advierte que cuando se firme la paz “algunos territorios van a quedar muy expuestos” e insiste en que el gran desarrollo turístico que se espera debe ser responsable.
“Lo más importante, más que atraer grandes inversiones, es entender el modelo que se quiere desarrollar”, indica Cifuentes. “En otros lugares, de pronto, la inversión norteamericana, española o francesa, ha venido más con un sentido de colonización, de quedarse con el negocio y de buscar generar empleo, más que empresa”, alega Cifuentes, enviando un mensaje a los futuros inversores extranjeros.