Figuración mágica
La galería Gothsland ha organizado una muestra de Manuel Bea (Barcelona, 1934-Suiza,1997) compuesta por una docena de pinturas fechadas entre 1974 y 1975 y que podrá visitarse durante este mes en los que la impronta mágica le aproxima a Joan Miró y Joan Ponç, además de iluminar sus composiciones con una veta inquietante en la que los grafismos manejan un doble componente lúdico y misterioso.
El artista barcelonés inicia su trayectoria dentro de la figuración, para evolucionar posteriormente hacia el informalismo muy cercano a los presupuestos del Dau al set, participando en las corrientes del surrealismo mágico defendidos por Joan Ponç reconociendo una influencia inocultable de Max Ernst a lo largo de su periplo creativo.
Manuel Bea, que está representado en notables colecciones y pinacotecas españolas e internacionales, con presencia significativa en Suiza, país en el que vivió bastantes años y donde falleció, ha manejado en sus cuadros (en su última etapa también tuvo una dedicación reite- (1975) Manuel Bea. Técnica mixta sobre papel. rada a la creación tridimensional) veladuras, frottages, telas, papeles, con la idea de apostar por la expresividad sin cortapisas tanto en los símbolos utilizados como en las técnicas empleadas, manteniéndose en la “figuración abstracta” desde 1965, como él denominaba a la estilística de sus composiciones, donde la poética intimista es la materia con la que construye estos sueños habitados por elementos que recuerdan a algunos de sus contemporáneos más celebrados con la libertad como canon que guiaba sus pasos.