De Madrid a Reus
Aunque no disfruta de tanto bombo, platillo y promoción como el neomaestro provocador Albert Serra, lo cierto es que las propuestas de Íñigo Navarro se las traen. Este pintor hace un uso de su vinculación familiar catalana que cabe definir como excéntrico. Lo catalán es para él algo exótico y fascinante, medio admirable y medio irrisorio. Y posiblemente este madrileño con nostalgia de Reus tiene parte de razón.
La muestra que presenta la galería Contrast en sus dos sedes del Eixample barcelonés se llama Remontando el Ebro hasta Andorra, un título que se sitúa, como la propia obra expuesta, entre la narración humorística y delirante y los visos de realidad no completamente inverosímil, aunque extraña. Como Monty Python.
Veamos, por ejemplo, los dos grandes formatos que representan absurdas escenas multitudinarias y titulados Extraño suceso en Mataró –contemplado con prismáticos y plasmado al óleo y Funcionarios de la Generalitat representando el saqueo de Bizancio, este enmarcado por teatrales cortinas. Navarro combina estas escenas bizarras protagonizadas por gente que hace el ganso o que realiza acciones pocasoltes (es decir, sense solta ni volta: sin pies ni cabeza) con retratos de personajes de aspecto muy anodino, como en Sala de fotocopias producciones Universal, Recursos Humanos central nuclear de Trillo y Jurado de Miss Tarragona en Bikini. Posiblemente el cuadro más absurdo de todos es el títulado El catedrático de Lloret de Mar, protagonizado por un señor carnoso y esforzado, aspirante a campeón de halterofilia... Y sí, en él la pesadez se vuelve ligera.
Además de la muestra individual en Contrast, Navarro expone en el nuevo espacio de esta galería en la calle Enric Granados, junto a Marlborough Barcelona, acompañado por pinturas de Marcos Palazzi y otros, y en buena sintonía. (Hasta finales de enero. Precios, de 750 a 14.000 euros).