Amazon y la eclosión del comercio electrónico
La inversión de Amazon en Barcelona no se efectúa en clave interior, sino que está destinada a proveer las regiones del Mediterráneo occidental.
El anuncio de Amazon de su importante inversión logística en El Prat constituye una excelente noticia que confirma la capacidad de atracción de inversiones extranjeras por parte de Catalunya –más allá de coyunturas políticas y anuncios apocalípticos interesados– y el potencial logístico del delta del Llobregat, a pesar de las distorsiones que provoca la escandalosa insuficiencia de las inversiones del Estado en esta zona.
Afortunadamente, la inversión de Amazon no se efectúa en clave estrictamente interior, sino que está destinada a proveer las regiones del Mediterráneo occidental. El comercio electrónico genera proporcionalmente muchos menos puestos de trabajo que el comercio presencial –y que la gran mayoría de sector es industriales y de servicios– y el sal do entre puestos de trabajo creados y puestos de trabajo locales sustituidos sólo puede ser positivo si, como es el caso que nos ocupa, el nuevo centro de trabajo tiene un alcance territorial mucho más amplio.
El comercio electrónico todavía tiene un peso muy minoritario dentro del conjunto de la función comercial, pero crece mucho más deprisa que el comercio presencial y se convierte en hegemónico o muy relevante en determinados sectores como el transporte a largas distancias, los alojamientos turísticos o en electrónica, libros, música y espectáculos. Y cada vez es más relevante en sector es como los deporte sola moda joven.
De esta forma, la utilización de las TIC en el comercio comporta a menudo la sustitución de la compra presencial y la inexistencia o minimización de los establecimientos físicos. Por el contrario, genera un nuevo tipo de logística, más centralizada en origen y más intensa en el destino final. Estos son dos de los retos más relevantes a nivel de cohesión social y de gestión urbana que provoca el auge del comercio electrónico.
Por parte del consumidor, existe la percepción implícita que al ahorrarse un intermediario –el esta- blecimiento a pie de calle–, la compra por internet es más favorable económica mente a los intereses del comprador potencial. Esta percepción se ha vuelto más relevante a raíz de la crisis.
Las TIC también permiten al comprador potencial efectuar con gran facilidad y economía de medios una amplia y sistemática comparación sobre características y precios de los productos deseados, con una influencia notable en el proceso de compra, tanto si se efectúa en línea como finalmente de forma presencial. Este hecho tiende a estimular la competencia y otorga a los pequeños negocios que operan por internet una visibilidad y unas oportunidades superiores que cuando tienen que competir de forma estrictamente presencial ante los grandes operadores.
La desconfianza inicial de los compradores para adquirir productos de forma no presencial va disminuyendo en la medida en que las empresas del sector ofrecen un servicio de atención al cliente muy esmerado que garantiza la disponibilidad del producto muy rápidamente y en horarios concertados, y la devolución y el retorno de los importes en caso de no conformidad. Este servicio se complementa además con la casi absoluta inexisten-
La utilización de las TIC en el comercio comporta a menudo la sustitución de la compra presencial y la minimización de los establecimientos físicos”
cia de prácticas fraudulentas por parte de los operadores del sector y con la facilidad y seguridad de los medios de pago no presenciales.
La articulación de plataformas propias, o ajenas, para manifestar la opinión sobre el producto y la experiencia de compra de los consumidores que nos han precedido ofrece una información y unas garantías al comprador potencial tan o más elevadas que los controles y clasificaciones de carácter público a que están sometidos los comercios convencionales. Al mismo tiempo, el comercio electrónico no tiene limitaciones de horarios, de festivos o de periodos de re bajas. La irrupción de los dispositivos móviles complementando el ordenador personal favorece todavía más la compra no presencial y la compra por impulso. El pago por teléfono móvil también va en esta línea.
Los estudios existentes indican un fuerte comportamiento generacional de la compra por internet, mucho más relevante en los hijos del milenio. Unos millennials que a menudo sustituyen el acto lúdico de ir de compras o a mirar escaparates por el acto lúdico de interactuar a través de la pantalla. Aunque con la edad y el asentamiento económico y social las generaciones emergentes puedan reanudar la compra presencial, todo hace pensar que el recambio generacional comportará un incremento sustantivo delautilización delasTICenel global de la función comercial.
Durante los últimos meses, Amazon ha anunciado tres iniciativas singulares: entrará en el complejo segmento de la compra alimentaria, potenciará una marca blanca propia y abrirá su primera librería presencial. Unalibrería entendida como un complemento a la distribución electrónica, justo al revés de las librerías convencionales actuales. Sólo con los libros más vendidos por el canal electrónico y, los que sin ser los más vendidos, reciben críticas más favorables, y expuestos por la portada, no por el lomo, para favorecer la compra por impulso.
En última instancia, nos encontramos con que la implementación de las innovaciones tecnológicas genera un nuevo modelo de negocio que pugna decididamente por alcanzar una nueva hegemonía mundial en el sector comercial. Preparémonos, pues, para aprovechar todas las ventajas de la nueva situación y para minimizar los costes que sin duda genera y generará.
Las innovaciones tecnológicas generan un nuevo modelo de negocio que pugna por alcanzar una nueva hegemonía mundial en el comercio”