“Es difícil que un tercer sistema operativo pueda competir”
Mitchell Baker, presidenta ejecutiva de la Fundación Mozilla
Las raíces de Mozilla se remontan a una derrota: Netscape, el primer navegador de Internet, colapsó cuando Microsoft integró el suyo, Explorer, en el sistema operativo Windows. Lo que se llamó “primera guerra de los browsers” originó el Proyecto Mozilla: Mitchell Baker, su directora, logró reunir una comunidad de voluntarios para desarrollar un navegador abierto, que tomaría el nombre de Firefox. Pasaron años antes de que su alianza con Google/Chrome consiguiera cambiar las tornas. El mes pasado, Baker –ahora presidenta ejecutiva de la Fundación Mozilla– declaró a Dinero que “la amenaza actual es otra: muchos de los principios que asociamos con Internet –apertura, descentralización y la posibilidad de publicar en la Web sin cortapisas– corren serio peligro”. La transformación digital en marcha, dijo, “afecta a las empresas, a todos los sectores económicos, a los gobiernos y, por supuesto a los individuos [...] y no siempre en la buena dirección” Interpreto que internet, pese a su naturaleza global, tiende a la fragmentación ¿Por qué? Están en juego factores políticos y económicos muy diversos. Si Internet dejara de ser global, el resultado sería que habría diferentes Internet, de alcance regional o nacional. Lo primero en lo que uno piensa es China, pero la cuestión de fondo es la protección de los datos, y esto vale en todo el mundo. Si cada gobierno pretendiera que los datos de sus ciudadanos sean tratados con arreglo a sus propias leyes nacionales, la fragmentación será inevitable [...] En el origen, los individuos eran la prioridad, pero los intereses corpo- rativos se han apoderado de Internet. Cada vez son más los usuarios que se quejan de ser tratados como invitados a un banquete ajeno. Ese es un punto crucial para Mozilla. Ponemos nuestro foco en los individuos, somos una organización sin finalidad de lucro. No nos interesa saber cómo ni dónde gastan los usuarios su dinero, no les preguntamos qué hacen ni desde dónde se conectan [...] realmente no tenemos nada que venderles. ¿Hasta qué punto puede Mozilla influir sobre ese rumbo de Internet? Me han preguntado lo mismo de otra manera: ¿el carácter comunitario de Mozilla podrá sobrevivir en un mundo mercantilizado? Mi respuesta es que si tantísimos voluntarios trabajan para Mozilla gratis o por cantidades modestas, se debe a que comparten nuestro objetivo de contribuir a que Internet sea un recurso global, público y abierto. Esto atrae a mucha gente. ¿Tienen problemas para reclutar personas que podrían estar montando una con la expectativa de enriquecerse? Le sorprenderá, pero tenemos muy pocos problemas de recluta-
start-up
miento. Tal vez porque, siendo una organización sin fines de lucro, nos vemos como un complemento de la actividad comercial. No tenemos nada contra las empresas, y creemos ser un estímulo de la competencia. Silicon Valley, donde hay muchos mozillians, es probablemente el lugar del mundo en el que nos resulta más fácil encontrar colaboradores. No es esa la imagen que se tiene en España del Silicon Valley... No sólo en España, créame. Vivo en California, y sé que pocas veces se cuenta que una gran parte de las start-up que afloran como hongos son una lotería: claro que hay gente que ha triunfado y ha ganado mucho dinero, los me-