Las preguntas críticas y decisivas en una entrevista
Los expertos ofrecen recomendaciones prácticas para dar una buena imagen
La entrevista de trabajo es el último paso para conseguir el puesto deseado. Es un instante complejo, porque cada firma tiene sus propios valores y necesidades, y porque las cualidades y las formas que en un entorno son decisivas en otro resultan secundarias. Sin embargo, todas ellas comparten una serie de exigencias que es útil conocer cuando se afronta un proceso de selección. Hudson, compañía de soluciones de talento, ha publicado una guía Los 35 consejos para triunfar en una entrevista de trabajo, que aporta recomendaciones prácticas en las que no es frecuente reparar.
CÓMO PLANIFICAR EL ENCUENTRO Alfredo Santos, director general de Búsqueda y Selección de Hudson, subraya que cuando se ha llegado a esa fase, es porque ya se poseen las habilidades necesarias para el puesto, por lo que “la oportunidad para destacar del resto de candidatos debe ser demostrar las ganas de triunfar y la capacidad para encajar en la cultura de la empresa”. La guía recomienda concertar la entrevista a media mañana y a mediados de la semana, porque “lo ideal es que el encuentro con el seleccionador se produzca cuando no esté planificando la semana, cerrando asuntos antes del fin de semana o más pendiente de irse a comer o a casa que de los perfiles que debe elegir”. Del mismo modo, señala que es mejor pasarse de formal que no alcanzar el mínimo requerido, y que un traje es siempre una buena opción.
En cuanto a los colores a utilizar, subraya que “vestir de azul es tranquilizador y es la apuesta más segura. El blanco y el gris sugieren, respectivamente, que se es organizado y lógico, el rojo transmite sensación de poder y el negro puede interpretarse como elegante o serio. Hay que evitar el verde, el amarillo o el violeta a menos que se quiera proyectar una imagen creativa o divertida”.
Robert Mariné, mánager de Búsqueda y Selección de Hudson España, repara en la importancia de la actitud, señalando que la sonrisa es siempre un buen instrumento, y que es conveniente utilizar la técnica de la imitación, copiando la postura de las piernas, de los brazos, o incluso la expresión facial del entrevistador. Utilizar su mismo lenguaje corporal lleva a este a empatizar con el entrevistado.
Vestir de azul es la apuesta más segura, connota tranquilidad; blanco y gris sugieren orden y lógica
CONTENIDO Resulta esencial aportar pruebas de las cualidades que se afirman tener, citando logros concretos y datos. Aunque la entrevista no debe limitarse a una lista de cifras, sino que debe consistir en el relato de la trayectoria profesional añadiendo logros cuantificables, estos son importantes: si en su último trabajo el candidato logró reducir el absentismo en un 8% o aumentó la productividad de su departamento en un 15%, hay que ponerlo de manifiesto de forma expresa.
Los entrevistadores suelen hacer preguntas sobre los “incidentes críticos” ( behavioral questions). Por ejemplo, es probable que indaguen en cómo se manejaron los conflictos con un compañero. Existe la tentación de afirmar que nunca se han tenido enfrentamientos, pero eso –afirma la guía– es un error, el seleccionador creerá o que es mentira o que está ante una persona que no es capaz de darse cuenta de los problemas. Lo idóneo es exponer un conflicto con un compañero, aunque no demasiado serio, y explicar que se actuó de forma racional para resolverlo. Con ello se pone de manifiesto algo que el seleccionador quiere saber, como es el hecho de que se es capaz de diseñar una estrategia para abordar los conflictos y de implementarla con éxito.
Del mismo modo, es probable que en la entrevista aparezcan otras preguntas, por ejemplo cómo se resolvió una situación de estrés o cómo se consiguió motivar a un equipo. Lo importante siempre es demostrar la habilidad para identificar un reto, un problema o una oportunidad, y para diseñar y desarrollar un plan de acción.
En la entrevista también aparecerán preguntas decisivas, aquellas que ahondan en posibles debilidades del candidato. Si fue despedido, indagarán en los motivos; y si hay sobrecualificación, querrán saber por qué se opta a una posición inferior. La guía recomienda, en el primer caso, dejar claro si aquello ocurrió por motivos estructurales –por una reorganización de la empresa– o personales, y en ese escenario, tranquilizar al entrevistador asegurándole que el motivo que causó el despido no se repetirá. En el segundo caso, si se está intentando un movimiento lateral en la carrera profesional, se deberá explicar que no es por falta de opciones, sino porque se quiere probar en otro sector o desarrollar nuevas habilidades.
Justo antes de terminar la entrevista, el seleccionador señalará si hay alguna pregunta que el candidato quiera hacer, y la respuesta debe ser siempre sí. Según la guía, estas son tres cuestiones que se deberían formular: ¿Cuáles son los tres principales retos para la persona que ocupe este puesto? ¿Qué debería haber conseguido después de seis meses en este puesto para que se considere un éxito? ¿Cuáles son los siguientes pasos en el proceso de selección?
Es esencial aportar pruebas de las cualidades que se dice tener, citando logros y datos Hay que demostrar la habilidad para identificar un reto o un problema y diseñar un plan de acción