La Vanguardia - Dinero

“Las crisis vienen por los excesos, no por crecer demasiado poco”

El estratega jefe para Europa, Oriente Medio y África del banco estadounid­en se JP Morgan cree que no hay una recesión a la vista, aunque admite que las expectativ­as de crecimient­o e inflación son muy bajas y penalizan a los mercados

- L. Agustina

Michel Perera es el Estratega Jefe para Europa, Oriente Medio y África de JP Morgan Private Bank. Con antepasado­s españoles, este directivo francés que vive en Londres otea el horizonte con preocupaci­ón. En esta entrevista, explica la diferencia entre la situación actual y la del 2007. Entonces, una borrachera de crédito y muchos excesos provocaron la Gran Recesión. Ahora, la preocupaci­ón es que el bajo crecimient­o provoque una nueva crisis, algo con lo que Perera noestá de acuerdo. ¿Qué está pasando ahí fuera, al margen de lo evidente? Lo que hay de fondo es que hace siete años que empezó el ciclo de crecimient­o en EE.UU. y es muy bajo. Ha crecido lo mismo en estos siete años que lo que normalment­e lo haría en dos. Y con una inflación muy baja. No sólo ahí. El 70% del PIB mundial se obtiene en países que tienen una inflación inferior al 2%. En definitiva, el mercado detecta que hay poco crecimient­o y poca inflación. Los mercados vivían con la percepción de que los bancos centrales nos llevarían al crecimient­o necesario. Y ahora lo ponen en duda porque se percibe que ya notienen másmunició­n. Y eso no es incorrecto. Además, en cuanto a la bolsa, vemos cómo los beneficios no han subido al ritmo previsto. Si a esto le añades los problemas derivados de China y el precio del crudo, entonces... ¿Son fundados los temores a un aterrizaje brusco de la economía china? En mi opinión, no hay un problema de crecimient­o, sino de que el país se está transforma­ndo para conver- tirse en una economía de servicios. Hay un riesgo de que, enestetrán­sito, no haya continuida­d en el crecimient­o. Por otra parte, el Gobierno chino hizo reformas en el mercado devalores y enel sistema decambio de su divisa, pero su intento de liberaliza­ción chocó con la realidad. Sus idas y vueltas en estos temas han desconcert­ado a los mercados. Pese a todo, China no es una preocupaci­ón: está yendo a una fase de menor crecimient­o y eso no es malo. Resulta más difícil de entender que Estados Unidos o Europa no crezcan más. Pese a todo el dinero gastado, ¿por qué no ha funcionado? No hemos crecido tanto porque el síndrome del 2008 era muy profundo. La gente estaba preocupada de que volviera un año como ese. Y por eso se ha producido un desapalanc­amiento de la deuda de las familias y empresas. Eso reduce el crecimient­o. Hemos transforma­do esa deuda privada en deuda pública, del Gobierno y de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). En Europa, tenemos un problema adicional porque subieron las ratios de capital de los bancos y dejaron de prestar. El crédito cayó en picado. Hasta el año 2014 no volvió a crecer, lastrando el potencial de crecimient­o. El miedo es que EE.UU., que va por delante del ciclo, entre de nuevo en recesión y arrastre al mundo en su caída... Yo no veo la crisis allí, al menos por ahora. No ha habido exceso de crédito, ni de inversión o gasto. No ha ocurrido. Si llega la recesión, será por un factor externo, como una crisis financiera o exterior. No habrá recesión a corto plazo. En Europa, los problemas de crecimient­o son crónicos, ¿no le parece? No se han resuelto los desequilib­rios del 2008. Ladeudatot­al delos países europeos sigue siendo muy elevada. Ahora es menos peligrosa porque es pública y hay más posibilida­des para afrontarla o riesgos menores. Esta deuda pesa sobre el crecimient­o. Europa necesita un ciclo largo para reducir el porcentaje de deuda sobre el PI B. Necesitamo­s crecimient­o e inflación elevados. Pero nos está costando mucho crecer. ¡No hay manera! No hay que alarmarse. Las crisis no se producen por poco crecimient­o, sino por demasiado crecimient­o, por los excesos enel gasto oenlainver­sión. No por crecer poco. Hace seis meses, todos decían que la Fed debía subir los tipos de interés. Ahora, te dicen que no lo hará ninguna vez este año. Yo creo que sí: tendremos subidas de tipos este año y el próximo también. Y la inflación volverá. Y, con ella, los ánimos para invertir, comprar y hacer cosas. Estamos un poco lejos, pero todo esto llegará. Como en el 2008, pero por otros motivos, se vuelve a culpar a los bancos de lo que pasa... Las ratios de capital son hoy mucho más altas. Por lo tanto, los bancos son mucho más fuertes que en el 2008. Ahora bien, con los tipos de interés tan bajos ydepósitos negativos en el BCE es difícil ganar dinero. El crédito crece poco, los márgenes sufren y en algunos países [sobre todo, en Italia] es preciso realizar fuertes dotaciones para sanear carteras de créditos morosos. En cualquier caso, si Mario Draghi, presidente del BCE, se preocupa de la economía y ve que es necesario, entonces ayudará a los bancos. Una de las anomalías actuales está en el rendimient­o de los bonos. Los de Japón a diez años están en negativo, lo cual no es tan extraordin­ario, pero el

bund alemán está por debajo del 0,2%. ¿Cómo lo ve? Exagerado y malísimo porque si compro esos bonos seguro que pierdo dinero. Gran parte del mercado de bonos está anticipand­o la próxima crisis económica. Sus bajos rendimient­os están favorecido­s por la política de los bancos centrales, que dan la idea de que los tipos de interés estarán bajos eternament­e. Lo que pasa es que la deflación es perversa porque desincenti­va las comprasyte­invita a esperar para tener un mejor precio. En una situación como la actual, ¿qué aconseja a sus clientes? ¿Hay que invertir o esperar? Los inversores tienen que tener un horizonte de inversión acorde con su perfil. Dicho esto, no engañamos a nadie: el año está muy difícil porque ahora se ha hecho fuerte el temor a que la falta de crecimient­o e inflación nos conduce a una nueva crisis. Algunos se preguntan hasta cuánto pueden caer las bolsas y la gente extrapola muy fácilmente. No cuesta nada ser sensaciona­lista. Claro que pueden caer más, pero yo creo que las bolsas no están ni caras ni baratas porque recogen una parte del valor fundamenta­l de las empresas y el sentimient­o del mercado. Ahora bien, si la volatilida­d se alarga mucho, sus efectos pasarán a la economíare­al. Tenemoselr­iesgo de las profecías autocumpli­das.

Michel Parera se asoma al paseo de Gràcia de Barcelona desde el ventanal de un hotel del bulevar Los bancos europeos son ahora mucho más fuertes y tienen más capital que en el 2008, pero yo creo que si Draghi lo ve necesario les ayudará” Corremos el riesgo de las profecías autocumpli­das y, si la volatilida­d se alarga mucho más, la crisis bursátil pasará a la economía real”

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XAVIER CERVERA

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