El turismo se hunde en el Bósforo
La caída del turismo hace prever un año difícil para Turquía, ya debilitada por el enfrentamiento con Rusia y la inestabilidad política interna
No por menos esperada la novedad llegó comounjarrón de agua fría: las reservas turísticas para el verano han descendido un 40% en Turquía. Así lo ha dado a conocer la operadora más grande del mundo, la alemana TUI (Touristik Union International Ak ti en ges ellschaft ).
Con ello se confirma lo que muchos temían en el país euroasiático: el atentado kamikaze de comienzos de año (12 de enero) en el centro histórico de Estambul estaba diseñado para causar el mayor daño posible a unsector que en el país euroasiático movió 27.700 millones de euros en el 2015 (30.300 millones en el 2014). Porque cuando el suicida y miembro del Estado Islámico, Nabil Fadli, de nacionalidad siria y oriundo de Arabía Saudí, se explotó matando a once alemanes del grupoturístico Lebensfreude (Ganas de vivir), muchos se preguntaron de inmediato si la nacionalidad de sus víctimas había sido una casualidad o no.
Lo cierto es que los germanos llegaron a suponer el 15% de los ingresos del turismo turco en el 2015: más de cinco millones de alemanes visitaron Turquía el año pasado, de los que 1,3 millones Estambul, más que ninguna otra nacionalidad.
Pero no son sólo los alemanes los únicos indispuestos. También los británicos –con dos millones y medio son los terceros más asiduos después de los rusos– también dan su brazo a torcer. La operadora británica Thomas Cook ha acortado su oferta para Turquía en un 29%. Además, según medios locales, casi todos los cruceros previstos desde Inglaterra se han cancelado. Otras informaciones parten de que los puertos de destino en Turquía son cambiados por Atenas o Mykonos, Grecia.
Curiosamente, del duro golpe al turismo turco (en el 2015 representó el 10,6% del PIB, según el World Data Atlas) se benefi- ciará sobre todo España (15,0%) como destino, piensan ahora los expertos germanos. “España es la nueva Turquía”, dice el tabloide Bild, el diario más comprado en Europa. TENSIÓN ENTRE ANKARA Y MOSCÚ Pero lo cierto es que el turismo turco ya se había resentido el año pasado con un trasfondo político: la creciente tensión entre Ankara y Moscú.
La enemistad tuvo su clímax en el derribo de un caza ruso cerca de la frontera con Siria el 24 de noviembre, que puso los nervios de punta a los inversores en Turquía. “Quizá Allah sepa por qué lo hicieron”, declaró poco después y no sin sarcasmo el presidente ruso Vladimir Putin”. Probablemente Allah decidió castigar el liderazgo de Turquía haciéndolos perder la cabeza”, añadió.
Lógicamente, en diciembre el número de turistas rusos visitando Turquía bajó del orden del 46,9% (de 47.954 a 25.485).
El ministro turco de economía ci-fró ya en diciembre en un 0,3% o 0,4% del PIB (3.100 millones de dólares) lo que le puede costar a Ankara la tensión reciente con Moscú, pero según varios analistas se quedó corto: Putin ya ha dejado claro que habrá más que sanciones. Se es- peraquedelos3,3millonesdeturistas rusos del 2014 apenas se llegue al millón este año. LA POLITIZACIÓN DE LA ECONOMÍA Erdogan volvió a ganar las elecciones anticipadas del 1 de noviembre –yeso que no se presentaba–con un mensaje claro: o se votaba a su partido o iba allegar el caos.
Y de hecho el triunfo del Partido de la Justicia y Desarrollo (49,5%) fue bienvenido en aras de la estabilidad después de varios meses de atentados, devaluación de la divisa nacional y alta tensión en el sureste del país.
Pero la euforia no duró mucho. Según Bloomberg, los inversores extranjeros retiraron 7.600 millones de dólares (unos 6.700 millones de euros) en activos en el 2015. La razón principal: la politización de la economía que ejerce Erdogan. Y, a pesar de todo, la economía turca creció en el último cuarto del 2015 un saludable 3,4%. Sobre todo debido al sector de la construcción y al aumento del consumo doméstico. Pero el primero es dependiente de la inversión extranjera y el segundo del crédito.
Desde la crisis económica del 2001 y durante una década (20022012) la tasa anual media de crecimiento de Turquía se situó en un excelente 6%. Enla actual coyuntura, sin embargo, la caída del turismo puede ser el comienzo del final para la burbuja económica turca.
Los inversores extranjeros retiraron 7.600 millones de dólares en activos en el 2015