La Fira factura un 35% más que Ifema
La Fira de Barcelona, con muchas menos armas que Ifema, no sólo ha remontado la situación, sino que factura un 35% más que su competidora.
Entre Barcelona y Madrid, sin que tengan nada que ver en su naturaleza, sus entidades feriales y futbolísticas presentan un comportamiento muy similar. Quizá tenga que ver en ello su confusa titularidad y su efecto escaparate. Pero el caso es que actúan como un sistema de sumacero en el que si una va bien, la otra va mal y viceversa.
En ambas actividades hay unos titulares (consejo ejecutivo o junta directiva) que nombran unos gestores (director general o entrenador). En general, los aspirantes al consejo o junta se postulan para alcanzar reconocimiento social, eso sí, mezclado con algún interés paralelo. Alcanzado el puesto, sufren una irreprimible tendencia a entrometerse en actividades gestoras.
El Madrid nunca jugó la copa futbolística de Ferias, porqué no tenía Feria. En tiempos de Tierno Galván, su Cámara liderada por Adrián Piera ideó Ifema. Y, con la ayuda de un catalán, la construyeron de la nada. Entonces la Fira era tan potente que sus dirigentes la creían invulnerable. En unos doce años, Ifema la arrasó. Pero ahora, la Fira vuelve a estar por delante. ¿Cómo se explica?
En los 80, la Fira nadaba en la abundancia. Como la titularidad entre Cámara, Ayuntamiento y Generalitat noera clara, muchos miembros de dichos entes aspiraban a medrar en la Fira. Había mucho figurón en la Junta Directiva quema- reaba al director general. En cambio, Ifema tenía un presidente que escogió a un gestor de calidad, Manuel Sarti, y le dejó hacer.
En la Fira, a primeros de los 90, los figurones continuaban disputando sus puestos a codazos, mientras Ifema trabajaba. Antoni Negre no podía convencer a nadie que la nave zozobraba, pues los de la Junta eran de piñón fijo. Cuando por fin se dieron cuenta, huyeron. Entonces Negre, solo, decidió poner a siete voluntarios altruistas al frente del organismo rector.
El altruismo, en personas responsables y bien escogidas, salió bien. Los nuevos rectores recurrieron a la olvidada meritocracia, igual que había hecho I fema cuando era pobre. Encargaron buscar un director, Agustí Cordón, que salió muy bueno. Entretanto, la nueva y ya poderosa Ifema, jubilado Sarti, convertía su Consejo en la nueva Meca de ambiciosos de pasarela.
Otra vez, con un ciclo de 12 años, se reprodujo el proceso. Esta vez a favor de la Fira. El director creó equipos comerciales, renunció a los pabellones obsoletos de Montjuïc, llenó los funcionales de Pedrosa, centró los objetivos en el cliente, trabajó mercados duros que otros dejaban, alentó la creación de nuevos certámenes y exportó certámenes a terceros países.
La Fira, con muchas menos armas que Ifema, no sólo ha remontado la situación, sino que factura un 35% más que su competidora” Las entidades feriales y futbolísticas de Barcelona y Madrid presentan un comportamiento muy similar. Si una va bien, la otra va mal y viceversa”
El resultado, sorprendente, es que la Fira, con muchas menos armas que Ifema, no sólo ha remontado la situación sino que factura un 35% más que su competidora. Es de destacar el gran éxito que supone para la Fira la creación de nuevos certámenes y su exportación a países terceros, cosa que se creía sólo sabían hacer los alemanes.
Pero ojo, la Fira puede caer en la fase decadente de este ciclo infernal. Ha elevado a nueve el grupo del Consejo, parece que hay lucha entre las instituciones y hay una salida extraña del director. Además parece que la operativa de la exportación de certámenes se ha centralizado. Mientras, en Madrid, hay una señora llamada Carmena que recuerda mucho a Tierno Galván.
Una última observación. No vamos a juzgar si el fútbol es o no un tema baladí, pero el tema ferial es trascendente. La hostelería y la restauración son la parte visible del iceberg impulsor de la economía de toda ciudad ferial. Pero el grueso es la creatividad de empresas que lleva asociado el hecho ferial y, como consecuencia, la generación de trabajo y crecimiento.
Un ejemplo curioso de ello lo tenemos en el Mobile. Vino a Barcelona de manera meritoria, afortunada y rara ya que no había el mínimo de industria autóctona en el sector de las TIC. Aún así, con un cierto retraso, se está consolidando una industria de las TIC que supone un revulsivo económico para la economía local. No olvidemos que Barcelona debe mucho a las Ferias.
Ojo: la Fira puede caer en la fase decadente de este ciclo infernal. Ha elevado a nueve el grupo del consejo, hay lucha entre las instituciones...”