España y el futuro del trabajo
Molinas y García Perea avisan del oscuro panorama global y piden reformas de calado
El futuro del trabajo está a debate en todo el mundo y las previsiones no son luminosas. Si a ese debate se le añade la palabra España, la cuestión toma tintes dramáticos. Y la urgencia de cambios se multiplica. Y a analizar la precaria situación del empleo en España y a proponer caminos de salida dedican los economistas César Molinas y Pilar García Perea el ensayo Poner fin al desempleo. ¿Queremos?
¿Podremos? Un libro que parte de las turbulencias que vive hoy el empleo en el mundo para analizar después los condicionantes y decisiones que han hecho que España sea “una aberración en materia de desempleo y precariedad laboral”. Para acabar hablando de las reformas que deben acometerse en el mercado de trabajo español pero, también, en su sistema educativo, una máquina de generar parados con demasiada población sobrecualificada e infracualificada y con una universidad “ejemplo extremo de todo lo malo que puede ocurrir en una institución cuando se le da autonomía y no se exige rendición de cuentas”.
Aúnasí, las complicaciones no son sólo para España. Los mercados de trabajo de todo el mundo, dicen, experimentan procesos de cambio de gran profundidad. Por un lado, el envejecimiento de las sociedades. Una demografía joven y dinámica estimula el crecimientoy al revés. En ese sentido, la deflación actual sería consecuencia de ese cambio y su remedio tendría que ver más con cambios tributarios –altos impuestos de sucesiones pero no de donaciones inter vivos para que el dinero llegue a gente más joven– que con la política monetaria. Luego está la globalización, que causa una sensación de riesgo difuso que pone a la sociedad a la defensiva y aumenta los efectos deflacionarios del envejecimiento. Ha creado muchos perdedores entre los trabajadores menos cualificados y ha hecho que cada vez cueste más recuperar el empleo en las recesiones. Y a eso se le suma la digitalización yla aceleración del cambio tecnológico. La desaparición de trabajos rutinarios se acelera y las profesiones que queden tendrán algún componente de creatividad, que debe estimular la escuela. Pero además, si la economía analógica tendía a repartir, la economía digital es decampeones: el ganadorselo lleva todo. Genera desigualdad de manera muy intensa.
Ya en el problema español, ofre- cen datos anonadantes. Las tasas de empleo en 2014 en EE.UU. y España muestran, dicen, planetas diferentes: un 39% en España y un 60% en EE.UU.. En 2014 el empleo en España, de 17,6 millones, era aún el 85% de antes de la crisis. EnEE.UU. ya era el 100%. Si se hacen las reformas necesarias es probable que haga falta una década para recuperar los 20,7 millones de ocupados de la España del 2008. Mucho paro pero además una enorme temporalidad con enormes costes para la econo- mía porque obstaculiza la acumulación de capital humano.
Y todo eso parte, señalan, del principio de prohibido despedir que se acuñó en el franquismo para lograr la paz social. Y que siguió en la Transición y la democracia con la dotación a los convenios colectivos de fuerza legal, con generosas prejubilaciones o con reformas que sólo flexibilizaban las condiciones de los nuevos trabajadores que han generando un mercado de insiders con muchos derechos y outsiders con pocos. Hoy, dicen, tres cuartas partes del desempleo español responden a causas estructurales. Hay que cambiar leyes para reducirlo.
Así, proponen, hay que reducir el excesivo activismo judicial, sin paralelo en Europa, potenciar la negociación colectiva a nivel de empresa, dedicar la indemnización por despido a formación y ayuda para la búsqueda de un nuevo empleo y reformar los servicios públicos de empleo para dar más importancia a la intermediación y la formación y menos a los subsidios. En cuanto a la educación, señalan, debe favorecer las competencias no cognitivas –empatía, curiosidad, autoestima, motivación, iniciativa–, que son cimientos de la creatividad y la versatilidad, lo que más hará falta. Pero también impulsar las habilidades cognitivas básicas y ofrecer la posibilidad de una larga formación específica. De hecho, piden potenciar la formación profesional dual, la que mejor garantiza la empleabilidad. Enlauniversidad, quieren más meritocracia y competencia.