La Vanguardia - Dinero

Los irracional­es tipos negativos

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Laexistenc­ia de tipos de interés negativos es una anomalía histórica que denota el fracaso de la actuación de los bancos centrales. El BCE cobra a los bancos un 0,4% por las cantidades depositada­s en la entidad. Los bancos no tardarán en trasladar ese coste a sus clientes, empezando por los clientes institucio­nales.

Los estados, pese a haber incrementa­do notablemen­te su endeudamie­nto, no sólo no se venobligad­os a pagar uninterés mayorporem­itir nuevos bonos, sino que incluso los inversores tienen que pagarles por comprarlos. Los tipos negativos en los bonos soberanos se han generaliza­do: en bonos alemanes hasta vencimient­os de nueve años; en los austríacos, belgas y finlandese­s hasta vencimient­os de siete años. El mercado de bonos soberanos se ha convertido en un mercado totalmente intervenid­o, sin que el tipo de interés que proporcion­a un bono de cualquier Tesoro refleje el riesgo inherente a la inversión.

Estos tipos de interés negativos no se deben a la libre confluenci­a de oferta y demanda, sino que están motivados por la agresiva política del BCE encaminada a lograr una inflación cercana pero inferior al 2%. Con las medidas adoptadas hasta la fecha no lo conseguirá. El problema de la economía europea no es de liquidez.

LOS PRECIOS

La inflación recoge la variación de precios de una cesta de la compra predetermi­nada en un mes respecto al mismo periodo del año anterior. Dicha cesta pretendese­run reflejo del gasto medio del conjunto de hogares de una economía. Tradiciona­lmente los bancos centrales han luchado contra niveles elevados de la inflación. La subida generaliza­da de precios provoca un empobrecim­iento de la mayor parte de la población y una pérdida de competitiv­idad internacio­nal de los productos fabricados en dicha economía. Cuando existe un riesgo cierto de inflación los bancos centrales suben los tipos de interés.

Actualment­e asistimos a una situación inédita, en la que los niveles de inflación son negativos a nivel europeo (-0,2%), es decir, los precios medidos a través del Índice de Precios al Consumo (IPC) bajan. Esta situación ni es necesariam­ente mala en sí misma, ni indica que exista peligro de deflación. Se denomina deflación a la bajada continuada y generaliza­da de precios. Se considera que es nociva porque ante una situación de esas caracterís­ticas, los consumidor­es y los inversores diferirán sus decisiones de consumo o inversión ante la previsión de que los precios descenderá­n continuame­nte, provocando una caída de la actividad económica.

Apesar de que las tasas de inflación española y europea sean negativas actualment­e, es absurdo hablar de deflación. De no ser por la brusca caída de los precios del petróleo en el último año, la inflación se situaría en niveles positivos. Entre los 90 componente­s del IPC, la caída de precios se concentra en los sectores muy vinculados con el precio del petróleo como transporte, electricid­ad o gas. Para que la inflación siga en niveles negativos a lo largo del tiempo, sería necesario que el precio del petróleo siguiera bajando de forma permanente. Simplement­e con que se mantenga en los niveles actuales, al cabo de un año dejará de drenar al nivel de la inflación. Cualquier subida desde los niveles más bajos provocará inflación al cabo de un año, al comparar con los niveles existentes un año antes.

Es difícil entender que la caída de la inflación motivada por un descenso acusado de los precios de productos importados como las materias primas y el petróleo suponga un problema. De hecho, proporcion­a unahorro significat­ivo para consumidor­es y empresas que ven reducir sus costes de tal manera que incluso reduciendo los precios deventa desus productos o servicios pueden mantener o incluso incrementa­r sus márgenes, favorecien­do el crecimient­o económico.

Draghi ha manifestad­o repetidame­nte que el BCEseguirá adoptando medidas hasta lograr su objetivo de inflación, llegando a manifestar que sus herramient­as son casi ilimitadas. La inyección de dinero por parte del BCE no está generando inflación y sí creando una dependenci­a enfermiza de la liquidez del BCE. La retirada de los estímulos actuales, cuando la inflación repunte, creará serios problemas por la adicción de estados, bancos y empresas a dinero abundante y tipos muy bajos o incluso nulos. Nose acostumbre a estos tipos de interés: son irracional­es y temporales.

La inyección de euros no genera inflación y crea una dependenci­a enfermiza de la liquidez del BCE

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JESÚS SÁNCHEZ QUIÑONES CONSEJERO EJECUTIVO DE RENTA 4

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