“No estamos al borde de otra crisis”
JOSÉ VIÑALS Para el consejero financiero del FMI, el problema ahora es la posibilidad de un crecimiento muy bajo
Tras la salida del economista jefe del Fondo Monetario Internacional, Olivier Blanchard, su ex profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts, José Viñals, puede ser la voz más autoritaria del equipo técnico del Fondo. Valenciano, de 61 años, Viñals ha gestionado el impor- tante departamento monetario desde su llegada al fondo en el 2009, en plena vorágine económica y bancaria. Pese a las advertencias sobre posibles “perturbaciones en el mercado global” y el “estancamiento financiero y económico”, queda claro hablando con Viñals que todo es relativo para el gestor de la economía global en tiempos de crisis. A pesar de los riesgos actuales, “duermo mucho mejor ahora que en el
2009”, dijo al inicio de esta entrevista .
Daba la sensación hace un año que salíamos de ese territorio extraño de tipos de interés cero. ¡Ahora estamos hablando de tipos negativos! ¡Pagar a la gente por endeudarse! Y este giro parece ser el resultado de aquellos batacazos en los mercados en enero. ¿Estáis dejándoos llevar por mercados ciclotímicos?
Los tipos de interés negativos se vienen utilizando, en Europa, desde mediados del 2014, mucho antes de la turbulencia financiera de comienzos de año. Son una parte, quizás la más chocante, de las políticas monetarias no convencionales de los bancos centrales. Pero no tienen que ver con los mercados financieros, sino con que los bancos centrales piensan que los riesgos a la baja de la inflación son mayores de lo que eran. Sin estas políticas hubiéramos estado en una situación terrible. La gran recesión hubiera sido una gran depresión.
Pero todo esto –y el panorama arriesgado que aún dibujáis en vuestro análisis– se debe al comportamiento del sector financiero y los mercados. Y da la sensación que las políticas que os estás viendo forzados a adoptar pueden estar alimentado a la misma bestia, ¿no?
No vamos detrás de los mercados. En todo caso, no creo que los mercados financieros no sean la raíz del problema. Los mercados actúan en función de lo que perciben, como los problemas económicos y cómo los gobiernos los están abordando. Y lo que vieron en enero no les gustó. La desaceleración china. La caída brutal del precio de las materias primas. El Brexit. Los refugiados. Los atentados terroristas. Lo vieron y dijeron. ¡Arrgh! ¡Vendemos! Los mercados financieros nos recordaron en enero y febrero que habían problemas no resueltos.
¿Pero, al postergar la normalización monetaria no podéis estar abonando el terreno para otra crisis?
No, la política monetaria está tratando de lidiar con la crisis actual. Cuando la economía se recupere, los tipos de interés empezarán a subir. Veo los principales problemas en otros sitios, como hacer frente en el futuro al elevado endeudamiento del sector público.
La decisión de la Reserva Federal de EE.UU. de frenar su plan de ir subiendo tipos se debe a la preocupación por la subida del dólar?
Yo creo que la Reserva Federal ha hecho lo correcto al dejar los tipos tal cual en marzo. En Estados Unidos ha habido una tensión de las condiciones monetarias y financieras a partir de las turbulencias en los mercados. Cuando la Reserva Federal tomó esta pauta, bajaron los tipos de interés a largo plazo y eso suavizó automáticamente las condiciones monetarias de forma que fueran más compatibles con unas perspectivas de crecimiento algo más inciertas. Si la Reserva Federal hace las cosas correctamente y eso permite que la recuperación económica en Estados Unidos no peligre, el resultado será bueno para el mundo al final, aunque el resultado sea un dólar algo más débil.
Hay datos bastante escalofriantes en su último análisis sobre los bancos que están expuestos a empresas chinas en suspensión de pagos, 1,3 billones de dólares de créditos expuestos…
No son escalofriantes. Sólo prevemos posibles pérdidas equiva- les al 7% del producto interior bruto. Eso lo cubren con un año de beneficios y sus provisiones. Si fuera necesario absorber perdidas por parte del Estado se haría con cierta facilidad porque China no tiene mucha deuda pública. Y el nivel de capitalización de la banca china no está mal.
En el peor momento de la crisis, el FMI decía que China y las grandes economías emergentes iban a ser los salvadores de la economía mundial. ¿Esta ya es la tercera fase de la misma crisis?
Creo que la crisis de los mercados emergentes no es una tercera fase de la crisis. No es como aquella portada de The Econo
mist de primero las subprime en Estados Unidos; luego Europa y ahora los emergentes. No estamos en esa tesitura, afortunadamente. Los emergentes siguen aportando el 60% del crecimiento. China no está realizando un aterrizaje duro sino una desaceleración. No estamos al borde de una crisis. La resistencia del sistema financiero da una calidad de resistencia mayor que en el 2009. El problema no es otra crisis sino la posibilidad de un crecimiento muy bajo, estancamien- to, durante mucho tiempo. Eso es lo que está en juego. ¿Estáis preocupados por la deuda de empresas en China, Brasil... denominada en dólares, ¿no? Estamos más preocupados por el volumen de deuda en general de las empresas en países emergentes. La deuda en dólares puede ser el 15%. Y está cubierta, o bien porque es de empresas exportadoras o de empresas que han realizado operaciones de cobertura. O porque en el caso, por ejemplo, de Brasil, el sector público les facilita la cobertura. Si no, sería imposible explicar cómo después de las caídas brutales de precio de las materias primas y de sus divisas han podido mantener la estabilidad financiera.
¿Los bancos españoles están expuestos a la recesión en América latina?
Un incremento de la morosidad empresarial daría lugar a reducciones en los beneficios pero no afecta la solvencia. Sería una situación manejable.
¿Habrá que reestructurar y consolidar la banca española?
El sistema bancario español ha llevado a cabo una reestructuración y una reforma muy profunda en los últimos años. Es posible que en España quede todavía espacio para algunas operaciones de consolidación. Pero una gran parte de esos procesos de consolidación ya se ha llevado a cabo mientras que en otros países esto está pendiente. En Italia, hay 650 bancos; en Alemania, 1.800; mientras en España tenemos una quincena. En Europa, en general, hay una atomización bancaria. Demasiados bancos.
Pero en el 2009 se decía que los bancos eran demasiado grandes. (El entonces economista jefe del Fondo Monetario Internacional, Simon Johnson, también del Instituto de Tecnología de Massachusetts, escribió un libro sobre el asunto). Ahora decís que hay que tener menos bancos y que sean más grandes.
Hay muchos bancos que necesitan consolidación en Europa. No quiere decir que vayamos al ‘demasiado grande para quebrar’. Hoy en día con la unión bancaria se trata de un terreno de juego más grande con un marco regulatorio más exigente así que el
too big to fail ya no es lo mismo. En todo caso, no es necesariamente un problema ser grande. Northern Rock era muy pequeño y creó grandes problemas. En España teníamos muchas pequeñas cajas pero el modelo de gobierno no era el apropiado.
Pero eliminar a todas las cajas debido a un problema de gobernanza… ¿Qué pasó con aquel banco pequeño de la película de Frank Capra. ¿Aquella caja que entendía las necesidades de su pueblo?
Si los pequeños bancos están bien gestionados no hay problema. Pero si tienen un sistema de gobernanza no apropiado o un modelo de negocio inviable, o si toma decisiones demasiado arriesgadas. Pues, entonces, hay que hacer algo.