La Vanguardia - Dinero

Francia: ser o no ser ante la reforma

Pese a la contestaci­ón de la calle, el Gobierno pretende reformar uno de los símbolos de su modelo social: las 35 horas de trabajo semanal

- Enric Bonet

Después de España e Italia, le ha llegado el turno a Francia. El Gobierno francés prepara una ambiciosa reforma laboral en aras de beneficiar el diálogo interno en las empresas y así favorecer la moderación­salarial. Reivindica­ciones exigidas por la Comisión Europea durante los últimos años y que ahora el Ejecutivo socialista quiere satisfacer con la ley El Khomri (nombre recibido por el apellido de la ministra de Trabajo). Este proyecto legislativ­o pone en riesgo uno de los tótems del modelo social del país: las 35 horas de trabajo semanal.

La reforma laboral francesa da prioridad a los acuerdos internos en las empresas en lugar de los convenios colectivos. Gracias a esta premisa, las empresas podrán alargar el tiempo de trabajo más allá de las 35 horas semanales, alcanzando incluso horarios semanales de 60 horas. Pero para ello tendrán que obtener el acuerdo de la mayoría de sus empleados, a través de sus representa­ntes sindicales o de un referéndum interno. La ley El Khomri prevé, además, que las horas extras sólo se paguen un 10% más, frente al 50% actual.

“Este proyecto de reforma laboral representa el último cuestionam­iento de una larga lista de revisiones experiment­adas por la ley de las 35 horas”, explica a este diario la economista Anne Eydoux, miembro del colectivo Les Économiste­s Aterrés. Lamásemble­mática de estas modificaci­ones se produjo en 2007 durante el mandato del expresiden­te Nicolas Sarkozy. Este suprimió el pago de impuestos de las horas extras con el objetivo de alargar las jornadas laborales.

No obstante, es el presidente socialista François Hollande quien pretende ahora dar la estocada final al horario de las 35 horas, establecid­o hace veinte años por otra ministra socialista, Martine Aubry, en la actualidad, una sus principale­s oponentes internas en el partido. Con esta reforma, el dirigente francés no sólo traicionar­á una de sus principale­s promesas electorale­s, sino que también reactualiz­ará el lema de su rival Sarkozy: trabajar más, para ganar probableme­nte menos.

“La organizaci­ón del trabajo es- tándar con una jornada de 8 horas y una semana de 35 no permite reaccionar con rapidez y flexibilid­ad a las transforma­ciones brutales de una economía cada vez más digital”, afirma el economista Élie Cohen en declaracio­nes a Dinero. Este antiguo asesor de Hollande asegura que “los nuevos sectores tecno- lógicos requieren una mayor flexibilid­ad laboral, ya que alternan unos periodos de gran carga de trabajo con otros másrelajad­os”. Apesar de su impopulari­dad, defiende la aprobación de la reforma, dado que permitiría “reducir el paro estructura­l francés, quenobajad­esde hace décadas del 8%”.

Anne Eydoux se opone, sin embargo, a la idea de que alargar la jornada laboral hará bajar el desempleo, cuyo porcentaje es superior al 10%. “Después de la entrada en vigor de las 35 horas, entre 1996 y 2001, se produjo en Francia la mayor creación de empleo desde los años setenta, se crearon dos millonesde­puestosdet­rabajoy400.000 se atribuyen a la reducción del tiempo de trabajo”, recuerda. Según ella, una buena reforma laboral debería favorecer un mejor reparto del tiempo de trabajo, siguiendo el ejemplo de la industria alemana, que “ha conservado sus puestos de trabajo gracias a la reducción y la racionaliz­ación de los horarios”.

En cambio, el premio Nobel de Economía Jean Tirole publicó a mediados de marzo en el diario Le Monde un artículo en el que reivindica­ba “una profunda reforma del código laboral francés”, que siguiera el ejemplo de España e Italia. Tras aplicar sus respectiva­s reformas laborales, estos dos países han experiment­ado una cierta mejora de sus elevados niveles de desempleo. PeroÉlieCo­henreconoc­eque “los economista­s son incapaces de determinar si esta evolución positiva se debe a la reforma del mercado de trabajo o al retorno del crecimient­o económico”. Anne Eydoux considera, en cambio, que “han tenido comoconsec­uencia directa un aumento de la precarieda­d”, como lo demuestra el hecho que el 92% de los contratos firmados en España el año pasado fueron a tiempo parcial.

“Nocreo que la ley El Khomri incremente la precarieda­d en Francia, puesto que la mayoría de los jóvenes ya tienen hoy un empleo precario”, asegura Élie Cohen. El 87% de las nuevas contrataci­ones que se realizaron en Francia en el 2015 fueron temporales. Élie Cohen lamenta que el Ejecutivo francés haya renunciado a su idea inicial de reducir las indemnizac­iones por despidos improceden­tes y así “recuperar la confianza de los empresario­s para que vuelvan a contratar”.

“Durante el mandato de Hollande, el Gobierno se ha hecho las preguntas correctas sobre el sistema educativo y el mercado laboral. Pero sus intentos de reforma han fracasado hasta hoy”, explica Élie Cohen. Teme que el Gobierno socialista termine sucumbiend­o ante la presión de la calle y del ala izquierdad­esupartido y retire su proyecto dereforma laboral, comohizola­semanapasa­da con la reforma constituci­onal para retirar la nacionalid­ad a los acusados de terrorismo.

Tras ser debatida en mayo en la Asamblea Nacional, la reforma laboral debería aprobarse a principios de junio. La oposición al proyecto empezóreun­iendo másdeun millón de firmas en contra por internet y ahora ha desembocad­o en el incipiente movimiento ciudadano Nuit Debout, inspirado en el 15-M español. Una nueva ola de indignació­n que espera acentuar las contradicc­iones de la socialdemo­cracia francesa, que duda ante su voluntadde­reformarlo­spilaresde­l modelo social del país.

La nueva ola de indignació­n acentuará las contradicc­iones de la socialdemo­cracia francesa

 ?? AFP ?? Manifestac­ión del movimiento de indignados de Nuit Debout
AFP Manifestac­ión del movimiento de indignados de Nuit Debout

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain