Comisiones por las nubes
La banca anuncia fuertes subidas ante unos intereses mínimos y el temor a la caída de márgenes
En la próxima década el cobro de los servicios prestados será la norma, por mucho que, de momento, las estrategias comerciales de atracción de clientes basadas en la gratuidad de las comisiones sigan formando parte de las herramientas de diferenciación de algunas entidades que necesitan reforzar su atractivo en el corto plazo”. Así de claro se mostró esta semana el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, sobre el futuro que nos espera a los clientes... y a los directivos de marketing de las entidades. Y no se quedó aquí, también nos dedicó unas palabras que, todo sea dicho, no son demasiado amables. “El cliente tendrá que acostumbrarse a pagar de manera explícita por aquellos servicios que antes pagaba de manera menos transparente, algo que no será fácil ni pacífico, como tampoco lo es en el ámbito de la prensa o de las creaciones intelectuales en cine, música o literatura”, dijo.
La referencia está clara. La obtención de margen financiero por la vía de cobrar por los créditos y pagar por los depósitos, con los tipos en mínimos, se reduce y reclama soluciones adicionales. Parece lógico y de hecho las grandes entidades ya han anunciado ajustes de costes, vía cierre de oficinas y reducción de personal. Lo que puede sorprender de las palabras de Roldán es que, la semana anterior, la propia AEB había presentado la Memoria Anual con los resultados consolidados de la banca del 2015 y afirmaba que, “a pesar del escenario de bajos tipos de interés observado durante los últimos años, el margen de intereses mantuvo la tendencia positiva iniciada en el 2014 con un incremento de un 11% anual en su importe”. Resultados y palabras parecen no concordar... o ¿caerá a partir del primer trimestre?
Quienes tienen más fácil para no cobrar comisiones son los bancos digitales. Es uno de sus principales puntos de enganche. Aprovechan que tienen una estructura mínima de funcionamiento –con muchas externalidades, además– que les permite competir con ventaja en este terreno, ya que precisan márgenes menores para cubrir sus gastos operativos y por ello pueden ofrecer mejores condiciones que la banca tradicional. Pero los tipos a cero también deberían afectarles. Precisamente, esta semana en los Matins Esade, se le preguntó a la ponente, Almudena Román, directora general de ING España. sobre esta cuestión. “No tenemos previsto subir comisiones”, fue su respuesta escueta, aunque luego también citó la necesidad de “diversificar los ingresos por otras vías”.
Lo cierto es que las comisiones han provocado siempre un rechazo en el cliente –por qué no decirlo, escarmentado por abusos en muchos casos– y una solución para las entidades, desde que en nuestro sistema financiero se liberalizaron. Hoy, sin comisiones los bancos no podrían funcionar. Roldán tiene razón, lo que no queda claro es en qué medida van a afectar a la clientela y qué volumen pretenden ingresar con ellas.
Veamos un ejemplo. En el 2015, según la AEB, las comisiones aportaron un 85% del margen bruto de explotación y supusieron un 106% del resultado antes de impuestos. Unos veinte años atrás, concretamente en 1997, estas mismas cifras eran del 63% y del 82% respectivamente. Con los años han incrementado su peso en la cuenta de resultados y, con la subida anunciada por Roldán, cabe pensar que se va a acelerar la tendencia...