El turista 3.0 cuida más del medio ambiente
Más que en un valor añadido, la sostenibilidad se está convirtiendo en una exigencia para el sector turístico
“El turismo del siglo XXI será sostenible o no será”, asegura el director ejecutivo de la Agencia Catalana de Turismo, Patrick Torrent. Y lo será tanto por el bien del planeta como por una cuestión de demanda. “Hasta ahora la sostenibilidad y el medio ambiente eran un valor añadido, una experiencia por la que el cliente estaba dispuesto a pagar más, pero eso ya no es así, se han convertido en una exigencia por parte de los nuevos viajeros y en una apuesta irrenunciable y sin marcha atrás para el sector turístico”, afirma el experto.
Los datos hablan por si solos: casi la mitad de los conocidos como turistas 3.0 (el 42,1%) tienen intención de alojarse en un establecimiento sostenible durante sus próximas vacaciones y el 35,7% de ellos así lo hicieron en el 2015, según un reciente estudio de Cognodata, firma consultora especializa en Customer Strategy. Como se puede observar es una tendencia creciente y en la misma dirección que la tónica general del consumo, con aumentos de ventas de alimentos, bebidas, cosmética, ropa y complementos... ‘ecológicos’.
Se entiende por turista 3.0 aquel que responde al perfil de un consumidor colaborativo, que busca información en las redes sociales, se interesa por los comentarios y recomendaciones de otros usuarios, concienciado en la responsabilidad social, que prima las experiencias en sus viajes, las comparte a través de su móvil y busca alternativas al viaje convencional.
En su estudio, Cognodata describe al turista 3.0 como a un viajero más concienciado, que se interesa por viajes con mayor contacto con la naturaleza y por experiencias que respetan el medio ambiente, la cultura y la población local. “La sostenibilidad tiene cuatro patas, una de ellas es la medioambiental pero también hay la social, el respeto a la cultura local y la compatibilidad de la actividad económica de la zona con el medio ambiente”, explica Patrick Torrent.
El uso de las nuevas tecnolo- gías, como el smartphone, contribuye a que el viajero 3.0 ahorre en recursos agotables como el papel o la tinta y a que genere menos residuos. Las nuevas tecnologías le permiten informarse, reservar transportes y alojamientos y le ayudan a gestionar más fases del viaje.
Por otro lado, este tipo de turista entiende que el reciclaje de materiales es necesario para que las siguientes generaciones disfruten de un planeta limpio, por lo que se interesa por establecimientos que reciclen o que ahorren agua y luz en sus procesos diarios. De este modo, el viajero 3.0 quiere aportar su granito de arena para reducir las emisiones de CO que supone la actividad turística, que la Organización Mundial del Turismo estima representan el 5% de las emisiones totales.
Catalunya, con 31 millones de turistas anuales, está “muy comprometida con este nuevo modelo turístico, que entendemos es estratégico”, señala Patrick Torrent. El año pasado Catalunya se convirtió en el primer destino integral a nivel mundial en recibir la certificación Biosphere Responsible Tourism. Esta certificación, que ya poseían la ciudad de Barcelona y Val d’Aran, había sido otorgada anteriormente a áreas geográficas menos extensas, como por ejemplo el parque de Yellowstone en Estados Unidos o los fiordos de Noruega, pero nunca a una área tan extensa como Catalunya.
El sello Biosphere garantiza que el viajero puede disfrutar de una experiencia sostenible, protegiendo la cultura, mejorando la economía local y disminuyendo el impacto en el medio ambiente.