El miedo como factor de parálisis
Las decisivas citas que marcan el mes de junio frenan a los inversores y aumentan su afán defensivo
El temido mes de junio está empezando a hacer honor a los negros presagios que se estaban barajando desde hace ya bastantes semanas. Ya sabíamos que se trata de un mes cargado, sobre todo, de inestabilidad y de incertidumbre política ( Brexit en el Reino Unido, elecciones en España), pero también sometido al arbitraje de la Reserva Federal estadounidense, que este próximo miércoles tiene una nueva oportunidad de subir tipos o, por el contrario, de prolongar un poco más el estado de impaciencia de los mercados. Las declaraciones de los miembros del staff del banco no ayudan en absoluto. La cara más negativa está siendo el entorno bursátil, con dos semanas consecutivas en negativo y, lo que es peor, en camino de los niveles mínimos del año. Ganancias La expectativa de ganancias bursátiles era prácticamente lo único que les quedaba a los inversores para enganchar algo de rentabilidad para sus ahorros, ya que el resto de los segmentos del mercado abunda en tipos negativos o en torno a cero. Las ganancias que puedan proporcionar los mercados de acciones, apoyadas en una mejoría de los resultados empresariales y en una evolución más favorable de la economía en general, se están haciendo esperar entre otras cosas porque casi nadie parece dispuesto a mover ficha ante alguno de los acontecimientos que señala el calendario como decisivos en este mes de junio.
El más significativo de todos ellos posiblemente el resultado del referéndum británico. Un signo positivo en la respuesta de los ingleses podría convertirse en un importante revulsivo, con una explosión de confianza en el futuro. Pero un resultado negativo podría tener consecuencias difíciles de prever, pero quizás muy a la baja.