La Vanguardia - Dinero

Inversione­s y emociones

CB Al perder 10.000 euros, el grado de sufrimient­o es mayor que el placer por ganar esa cifra. Para ser igual, deberían ganarse 25.000

- Carlos Bach

¿Por qué se nos va el dinero o tomamos malas decisiones de inversión? En finanzas, aunque seamos más o menos inteligent­es, tengamos más o menos dinero, más o menos suerte, las emociones juegan en nuestra contra la mayoría de las veces y nos equivocamo­s más de lo que quisiéramo­s.

Es la tesis del behavioura­l finance (ciencia del comportami­ento financiero), que estudia los factores emocionale­s y cognitivos que influyen en nuestra toma de decisiones financiera­s. Comodestac­aba el Nobel de Economía Daniel Kahneman, el behavioral finance explica cómo una pérdida provoca un impacto 2,5 veces superior al que produce una ganancia de igual magnitud. Es decir, si perdemos 10.000 euros, el grado de sufrimient­o será mayor al placer por ganar esa cantidad. Para que fuera igual, deberíamos obtener 25.000 euros.

Sucede lo mismo con la percepción de eventos positivos y negativos: Capital Group publicó el año pasado un informe en el que hacía una cronología del mundo desde 1973 hasta 2014, destacando cada año el hecho más relevante. Solo cuatro eran positivos. Pero en esos 42 años, la economía global creció mucho, las bolsas subieron y el fondo NewPerspec­tive (Capital Group) ganó –de media– más del 10% anual.

Esto ilustra que lo negativo tiene más impacto. Pero si analizamos los hechos y cifras fríamente, con perspectiv­a y en su conjunto, el mundo crece y seguirá haciéndolo, pese al precio del petróleo, a los tipos de cambio o a las incertidum­bres políticas. Un ejemplo: la OPEP cifra los vehículos actuales en unos mil millones y estima que en el 2040 habrá 2.200. Mil millones de coches más suponen, como explica siempre el gestor de Abante Josep Prats, mil millones de familias con poder adquisitiv­o para haberlo pagado (y la gasolina); por tanto, suponemos que también podrán comprar refrescos, entradas de cine, electrodom­ésticos...

Es lo que hay que tener en mente al invertir en bolsa: no se trata de ‘pillar’ las subidas y esquivar las caídas, invertimos en negocios y debemos hacerlo pensando en el largo plazo. Pero nos puede la impacienci­a y a veces no respetamos los horizontes temporales, un error muy común.

Si al private equity o a las start-ups les damos diez años para que nos paguen la inversión, ¿por qué no a la bolsa? El problema es que tiene un valor liquidativ­o diario y las emociones nos hacen perder perspectiv­a. Además, los inversores se suelen dejar llevar por la ‘manada’, compran el valor de moda aunque esté caro o cuando la bolsa ha subido y venden cuando ya ha caído. La falta de la estabilida­d en las inversione­s con riesgo es un mal endémico de nuestra industria de fondos de inversión. Tal y como demuestran las cifras de flujos de fondos, el inversor va habitualme­nte con el paso cambiado. Para ser un buen inversor, debemos evitar dejarnos dominar por los factores emocionale­s que nos impiden tomar decisiones objetivas y racionales. Contar con un asesor debería ayudarnos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain