Los rasgos exigidos en la nueva era
Con independencia de que cada empresa desarrolle y proyecte en el mercado una marca de liderazgo diferenciada, Santi García cree que “el contexto organizativo de las empresas 2.0 exige unos líderes que tengan una serie de rasgos en común”. Y cita los siguientes:
Visión de futuro Su prioridad es asegurar que toda la organización esté alineada con la visión que persigue la empresa y que este camino se recorra lo más rápido posible.
Mérito En estas empresas el poder está distribuido y el “ordeno y mando” no funciona. El líder lo es, mientras el conjunto de la organización entienda que es quien más valor aporta en dicha posición.
Autenticidad Se preocupa de que exista la máxima coherencia
entre sus palabras y sus hechos. Cualquier discrepancia causará pérdidas de credibilidad.
Apertura Este líder no solo hace lo que dice. También dice lo que hace. Comparte información y se muestra próximo y accesible… y, además, reconoce sus errores.
Diálogo La comunicación unidireccional no basta. Debe desarrollar la inteligencia colectiva de la organización que depende de la capacidad de cada uno de sus miembros de relacionarse entre sí y con su entorno, más que su cociente intelectual.
Confianza Su liderazgo no depende de lo que diga su tarjeta de visita. Debe confiar en sus empleados para que hagan su trabajo con la máxima libertad
Valentía Se atreve a cuestionar el statu quo, los paradigmas, las
formas de hacer de siempre... Es un poco iconoclasta y está dispuesto a derribar estructuras, jerarquías y cualquier obstáculo que reste agilidad a su organización. ¡Caiga quien caiga! Incluso si pone en riesgo su continuidad en la empresa con decisiones políticamente incorrectas.
Humildad Reconoce sus propias carencias y está abierto a aprender cosas nuevas cada día, una inquietud por aprender que traslada al resto de la organización.
Humanismo Tiene una especial sensibilidad humana. Entiende que las empresas están hechas de redes de relaciones entre personas, únicas y libres a las que hay que tratar con el respeto y la dignidad que merecen. Sabe que “el café para todos” hace mucho tiempo que no funciona.