Asia se interesa por el brandy
Lucio Tan ultima la compra de la bodega Garvey y se suma a sus compatriotas Andrew Tan y Lucio Co
El brandy de Jerez vende en Asia. Especialmente en el mercado filipino donde es sinónimo de calidad frente a los brandis locales, la bebida alcohólica más extendida entre la población local. Pero si hasta ahora los filipinos se conformaban con sucedáneos de escasa calidad y nombres comerciales equívocos, el alza generalizado del nivel de vida de los últimos años hace que los asiáticos se decanten cada vez más en favor de los productos con caché. La antigua colonia española absorbe un tercio de las ventas totales de la denominación Brandy de Jerez, con cerca de cuatro millo- nes de litros, con una fuerte tendencia al alza.
Lucio Tan, un empresario filipino de origen chino, ultima estos días la compra de Garvey, la división bodeguera que la Nueva Rumasa de los Ruiz-Mateos vendió por un precio irrisorio a Ángel de Cabo, el liquidador de empresas como Marsans. El magnate filipino ofrece 25 millones de euros por el complejo Bellavista (35.000 metros cuadrados edificados), la viña Cerroviejo, diez mil botas de vino y brandy (en su momento llegaron a ser 100.000), las marcas, los materiales y el centro de visitas Sandeman.
Todo un negocio redondo para el empresario asiático si se tiene en cuenta que la familia Ruiz-Mateos compró hace una década el mismo paquete a la portuguesa Sogrape por 60 millones de euros. Tan, la tercera mayor fortuna de Filipinas, con intereses en el tabaco, las líneas aéreas y, especialmente, en el sector agroalimentario, podrá diversificar así su abanico de bebidas y unir el brandy y los vinos de Jerez a su ron Tanduay, que se sitúa entre las diez bebidas alcohólicas más vendidas en el mundo, casi a la par que Bacardí.
Empresarios chino-filipinos
Lucio Tan se une a Andrew L. Tan y Lucio Co, empresarios chino-filipinos con los que no guarda ningún parentesco pese a la coincidencia de nombres y apellidos. Andrew Tan y Lucio Co ya llevan tiempo establecidos en la zona. El primero es el nuevo propietario del Grupo Fundador, antiguo Pedro Domecq. Tiene 63 años y es el tercero en la lista Forbes de los más rico de Filipinas, con una fortuna estimada de 3.100 millones de euros.
Andrew Tan ya contaba con los brandis Emperador y San Bruno pero no estaba satisfecho. Por eso no se lo pensó cuando se puso a tiro la posibilidad de hacerse con la marca Fundador, una auténtica institución en el mercado filipino donde fue el primer brandy de Jerez que entró hace ya más de un siglo. La operación se cerró finalmente en 275 millones de euros. Tanto era su interés en hacerse con Fundador que ha modificado el nombre comercial de la empresa jerezana para remarcar su adquisición.
Si Andrew Tan no hubiera comprado Pedro Domecq, la emblemática bodega jerezana hubiera caído en manos del tercer empresario filipino en discordia, Lucio Co, que pujó hasta el final por un paquete que terminó cayendo en poder de Andrew Tan. Finalmente Tan se hizo con todo el grupo Domecq, que incluye otras marcas de buena venta como el brandy Tres Cepas, líder en Guinea Ecuatorial, el Centenario y el vino Bristol Cream, uno de los más vendidos en el Reino Unido.
Lucio Co, de 60 años, es la undécima fortuna filipina con un patrimonio estimado en unos 1.700 millones de euros. Su interés por los brandis de Jerez se remonta ya a la década de los años noventa del pasado siglo. Co, cuya fortuna proviene de su red de hipermercados, supermercados y duty-free, una red que se ha duplicado en Filipinas desde el 2011, mantiene una alianza estratégica con la bodega jerezana Williams & Humbert, lo que le permite ser el distribuidor exclusivo de la cotizadísima gama de brandis Alfonso, a los que recientemente se ha unido Excelente.
El desembarco de estos empresarios procedentes del lejano Oriente es visto con buenos ojos por la patronal. Supone una luz al final del largo túnel que ha atravesado la región con la eliminación de viñedos y la quiebra de empresas a consecuencia de la crisis económica. En el consejo regulador están convencidos de que estos empresarios vienen con ganas, con fuerza y, sobre todo, con las ideas muy claras en torno a las prioridades que se necesitan para que el Marco vuelva a ser lo que fue no hace mucho tiempo.