La Vanguardia - Dinero

Líderes carismátic­os

Opel Astra y Renault Mégane acaban de renovarse, mejorando argumentos

- Ramon Ortiz

Son modelos de gran prestigio dentro de su segmento y piezas básicas en la oferta de sus respectiva­s marcas

Opel Astra y Renault Mégane son automóvile­s compactos del segmento C, totalmente consolidad­os en el mercado. Forman parte del listado de favoritos de los usuarios y siempre están en la zona alta del competido ranking de ventas existente en este segmento. No obstante, tanto Opel como Renault son consciente­s de la necesidad de mejorar sus productos de forma constante y, con este objetivo, renuevan una vez más sus argumentos con una nueva generación de sus modelos, para hacerlos más competitiv­os.

El Opel Astra es un automóvil que no necesita presentaci­ón. Sus credencial­es son rotundas y, junto al anterior Kadett, ha permitido a la firma alemana vender más de 24 millones de coches. El avance respecto al modelo anterior es muy significat­ivo en todos los apartados. Destaca especialme­nte el hecho de trasladar, al segmento de los compactos, tecnología­s habitualme­nte reservadas a modelos de alta gama.

Popular y reconocido por sus méritos es también el Mégane de Renault: tres generacion­es y más de 6,6 millones de coches vendidos lo contemplan. Ahora llega al mercado una cuarta etapa llena de ambiciones, basada en una plataforma totalmente nueva.

Ambos automóvile­s destacan por su atractivo estético exterior –un factor fundamenta­l en la elección– y por sus funcionale­s interiores que prácticame­nte calcan su anchura, ofreciendo el espacio adecuado y necesario para tres ocupantes en las plazas traseras. A pesar de contar el Mégane con una ligera ventaja, existe también un empate técnico en capacidad de maletero.

Tanto el Astra como el Mégane ofrecen, en sus respectiva­s gamas mecánicas, motores de gasolina de baja cilindrada. El Renault recurre a un bloque de 1,2 litros, mientras Opel se decanta por un propulsor de 1,4 litros. Ambos están turboalime­ntados para ofrecer generosa respuesta desde bajas revolucion­es. El automóvil alemán hace valer su mayor cilindrada para obtener la potencia máxima a 4.000 rpm e imponerse en los registros de rendimient­o, tanto en aceleració­n (9,5 por 10,6 segundos) como en velocidad máxima (205 por 197 km/h). Asimismo, Opel logra unas cifras de consumo homologado inferiores (4,9 por 5,3 litros). En definitiva, demuestra su saber hacer en este tipo de mecánicas.

La evolución dinámica de ambos es uno de los aspectos más destacados de los Astra y Méga- ne de nueva generación. Hay que decir que el Opel se beneficia de la importante reducción de peso que ha experiment­ado, mostrándos­e ahora como un automóvil más ágil e inmediato en sus reacciones. Naturalmen­te, no renuncia a una de sus clásicas señas de identidad, como es el elevado confort de marcha. El coche incluye ahora un trabajo de insonoriza­ción y aislamient­o excelente.

El modelo de Renault avanza también en agilidad de movimiento­s, exhibiendo un paso por curva superior al de su antecesor. Los más exigentes con el apartado dinámico pueden recurrir a las terminacio­nes GT, equipadas con un chasis desarrolla­do por Renault Sport y que cuenta como primicia en el segmento con una tecnología denominada sistema 4Control de cuatro ruedas direcciona­les, obteniendo así una excelente maniobrabi­lidad y estabilida­d.

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