Recuperación económica y riesgos
Hace un tiempo asistí a un interesante encuentro sobre las expectativas de la recuperación económica y los riesgos existentes. La visión fue relativamente optimista, basándose en previsiones económicas de diferentes instituciones y en especial del FMI, que prevé un aumento de la economía mundial del 3,2% para este año y del 3,7% para el 2017.
Se argumenta que las circunstancias para activar la economía son favorables dada la abundancia de dinero a coste cero, el precio barato del petróleo y de las materias primas y, sobre todo, la voluntad de los bancos centrales de hacer “todo lo que sea necesario” para reactivar la economía.
El análisis de la presentación fue riguroso, partiendo del criterio ceteris paribus, expresión latina que usan los economistas para decir “siempre y cuando no pase nada diferente significativo a lo que se ha previsto”. Como riesgos existentes, se mencionaron tres que podrían alterar las previsiones: una bajada de la economía china, que Estados Unidos subiera el tipo de interés y el encarecimiento del petróleo. A estos riesgos mencionados podríamos añadir unos cuantos más, como por ejemplo: que ganara las elecciones estadounidenses Donald Trump, que apareciera la temida deflación, nuevas acciones terroristas, que los bancos centrales iniciaran la retirada de la liquidez procedente del quantitative easing o el imparable aumento del endeudamiento mundial a niveles que empiezan a ser preocupantes. La deuda de los países avanzados es del 250% del PIB, y el de los países emergentes del 170% del PIB. ¿Alguien imagina los efectos que tendría una pérdida de confianza de los inversores sobre la capacidad de los deudores de devolver los préstamos? También pueden pasar fenómenos positivos que contagien el optimismo de los mercados. Todo es posible.
A los economistas se los critica por no acertar las previsiones que hacen. Por ello hay que recordar que la economía no es una ciencia exacta y que los economistas no son adivinos. Es una ciencia que tiene que convivir con las emociones y los sentimientos humanos volubles y con arraigados vicios como el egoísmo, la codicia o el gregarismo. Si estos se pudieran evitar aplicando la condición ceteris paribus, lo que afortunadamente no es posible, las previsiones de los economistas serían más acertadas.
Los sentimientos y las emociones son la parte más humana de nuestro ser, con ellos tenemos que convivir, lo que hace que el futuro siempre sea incierto, a pesar del uso de sofisticadas tecnologías y de modelos matemáticos para mejorar las previsiones. Resumiendo: se prevé que la economía mundial mejore lentamente, siempre que no aparezcan nuevos elementos significativos que cambien la situación actual.
Sin sorpresas Se prevé que la economía mejore lentamente, siempre que no aparezcan elementos que cambien la situación actual