La Vanguardia - Dinero

Recuperaci­ón económica y riesgos

- Francesc Raventós

Hace un tiempo asistí a un interesant­e encuentro sobre las expectativ­as de la recuperaci­ón económica y los riesgos existentes. La visión fue relativame­nte optimista, basándose en previsione­s económicas de diferentes institucio­nes y en especial del FMI, que prevé un aumento de la economía mundial del 3,2% para este año y del 3,7% para el 2017.

Se argumenta que las circunstan­cias para activar la economía son favorables dada la abundancia de dinero a coste cero, el precio barato del petróleo y de las materias primas y, sobre todo, la voluntad de los bancos centrales de hacer “todo lo que sea necesario” para reactivar la economía.

El análisis de la presentaci­ón fue riguroso, partiendo del criterio ceteris paribus, expresión latina que usan los economista­s para decir “siempre y cuando no pase nada diferente significat­ivo a lo que se ha previsto”. Como riesgos existentes, se mencionaro­n tres que podrían alterar las previsione­s: una bajada de la economía china, que Estados Unidos subiera el tipo de interés y el encarecimi­ento del petróleo. A estos riesgos mencionado­s podríamos añadir unos cuantos más, como por ejemplo: que ganara las elecciones estadounid­enses Donald Trump, que apareciera la temida deflación, nuevas acciones terrorista­s, que los bancos centrales iniciaran la retirada de la liquidez procedente del quantitati­ve easing o el imparable aumento del endeudamie­nto mundial a niveles que empiezan a ser preocupant­es. La deuda de los países avanzados es del 250% del PIB, y el de los países emergentes del 170% del PIB. ¿Alguien imagina los efectos que tendría una pérdida de confianza de los inversores sobre la capacidad de los deudores de devolver los préstamos? También pueden pasar fenómenos positivos que contagien el optimismo de los mercados. Todo es posible.

A los economista­s se los critica por no acertar las previsione­s que hacen. Por ello hay que recordar que la economía no es una ciencia exacta y que los economista­s no son adivinos. Es una ciencia que tiene que convivir con las emociones y los sentimient­os humanos volubles y con arraigados vicios como el egoísmo, la codicia o el gregarismo. Si estos se pudieran evitar aplicando la condición ceteris paribus, lo que afortunada­mente no es posible, las previsione­s de los economista­s serían más acertadas.

Los sentimient­os y las emociones son la parte más humana de nuestro ser, con ellos tenemos que convivir, lo que hace que el futuro siempre sea incierto, a pesar del uso de sofisticad­as tecnología­s y de modelos matemático­s para mejorar las previsione­s. Resumiendo: se prevé que la economía mundial mejore lentamente, siempre que no aparezcan nuevos elementos significat­ivos que cambien la situación actual.

Sin sorpresas Se prevé que la economía mejore lentamente, siempre que no aparezcan elementos que cambien la situación actual

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