Mercados municipales viables
Los productos frescos pueden generar más de la mitad de la facturación de los supermercados. Así lo explicaba La Vanguardia hace pocos días. Así, ¿qué sentido tiene la pervivencia de los mercados municipales cuando el suministro y las condiciones sanitarias ya están garantizados por la oferta privada convencional? ¿Por qué es necesario que los ayuntamientos sigan destinando a la venta de productos frescos un espacio de propiedad pública, a menudo en una posición central en los barrios y ciudades y en un régimen tan favorable a los ocupantes como son las concesiones?
El Ayuntamiento de Barcelona, y muchos otros siguiendo su estela, han promovido costosas reformas, en buena parte financiadas con recursos públicos, de muchos de los edificios de los mercados municipales para conseguir la modernización de la oferta y el rejuvenecimiento de los tenderos y de la forma como ofrecen sus productos y servicios. Pero después de inversiones millonarias que facilitan el proceso de racionalización de la oferta, de ampliación de los horarios y los servicios y de comodidad de los compradores, nos quedan unos puestos en que en el mejor de los casos llegan a los 20 metros cuadrados.
No parece un uso óptimo de los recursos públicos, tanto en términos de inversiones como de utilización de un patrimonio municipal ubicado en lugares de primera línea. Ahora ya hay mercados de Barcelona que abordan una segunda rehabilitación, porque los efectos de las inversiones iniciales se han desvanecido y vuelven a perder clientela. Las reformas son necesarias, pero no son suficientes para mantener la competitividad de los mercados a medio plazo.
Hay que abordar nuevas estrategias de competitividad de los mercados reforzando la concentración empresarial. Por muy singular que sea el producto fresco que se vende, difícilmente serán competitivas las microempresas con un solo puesto en los mercados. Por lo tanto, en las concesiones hay que priorizar las empresas más viables en base a su eficiencia y dimensión.
Además, hace falta que los vendedores de los puestos se conviertan en el principal canal de comercialización de los pequeños productores agrarios que subsisten en un entorno tan densamente urbanizado como el nuestro, tratando lo más directamente posible con los pequeños productores locales, que pueden ofrecer un producto más fresco y de más calidad porque es más próximo. Por lo tanto, hace falta reforzar el posicionamiento de la oferta de los mercados en productos de proximidad y de calidad, para tratar con pequeños proveedores, reducir intermediarios y compensar las ventajas que la posición dominante en el mercado y las grandes dimensiones ofrecen en las grandes cadenas. Sólo con la alianza con los pequeños productores de proximidad, los mercados municipales serán viables y estará justificada su pervivencia.
En cuestión Las reformas son necesarias pero no son suficientes para mantener la competitividad de los mercados municipales a medio plazo