Masterpiece en Londres
Algunas ferias han entendido muy bien que la experiencia de la compra de arte requiere de unas condiciones específicas que poco tienen que ver con las aglomeraciones y la falta de criterio en la admisión de las galerías, y mucho con una selección esmerada y una buena propuesta artística, unos pasillos amplios y una oferta gastronómica a la altura de los coleccionistas que acuden.
Una de estas ferias es Masterpiece, en Londres. Una feria boutique que desde hace siete ediciones se celebra a finales de junio en la elegante zona de Sloane Square, en un antiguo hospital abovedado de verdes jardines. Incluye arte, antigüedades y diseño en un ambiente exquisito y con propuestas dignas de museo que abarcan del arte egipcio al de nuestros días.
Como uno espectacular Monet en la galería Gladwell & Patterson, a la venta por 12,5 millones de dólares y que podría estar perfectamente colgado en el Musée d’Orsay de París. Un pequeño Constable a la londinense galería Richard Green por 750.000 libras que desde 1877 no se veía públicamente. O un Mao de Warhol de 1972 por 4,8 millones de dólares en Dickinson. Una feria que la organización me dice que vende en torno a unos 100 millones de libras cada edición (unos 117 millones de euros).
Las dos galerías barcelonesas que asistieron dejaron el listón muy alto. La Mayoral, con un stand comisariado de exquisita factura que bajo el título de Trajectoire du rêve presentaba propuestas de artistas como Miró, Picasso o Calder. Y la Barbié, de donde sobresalía un espectacular Tàpies matérico de 1958.
Con buen acierto la feria coincide con las dos semanas de galerías que tiene la ciudad: el Brown’s Art Weekend y la London Art Week de los barrios de Mayfair y St James.