Fin de temporada
Para las galerías de Barcelona, las exposiciones de Arte Nuevo de este mes de julio suponen el fin de temporada. Unas galerías que con esta iniciativa hacen un esfuerzo importante para dar un impulso a la creación más emergente y a las nuevas generaciones de artistas que nunca han tenido fácil entrar en el circuito. La novedad de esta edición ha venido marcada por la incorporación de toda una retahíla de espacios (equipamientos institucionales, fundaciones y fábricas de creación) que se suman a las galerías y ponen de manifiesto la complicidad de la ciudad con el proyecto.
Una temporada que ha venido marcada por dos hechos claves. Por una parte, el cambio de ubicación de muchas galerías. Unos traslados que hacía tiempo que se venían forjando y que han generando nuevas centralidades en la ciudad: Consell de Cent, la tradicional calle de las galerías, ha visto cómo le crecía un nuevo eje en Enric Granados (con la Marlborough cerca de ADN), y otro en el reciente distrito cultural de l’Hospitalet. Ydos movimientos significativos: el nuevo espacio de Carles Taché al lado del CaixaForum, y la nueva Senda de Carlos Durán en la calle Trafalgar. Al fin y al cabo ha supuesto una buena dosis de ilusión en un momento que la situación empezaba a ser preocupante, demostrando que los galeristas se cruzan los proyectos y apuestan por Barcelona.
De la otra, una temporada que, como en años anteriores, ha venido marcada por una cierta atonía en las ventas al mismo tiempo que el alto mercado internacional del arte está disparado. Joan A. Maragall, presidente de la Asociación de galerías Art Barcelona, comenta que los galeristas no han notado la recuperación económica y que con algunas y notorias excepciones, esta ha sido una temporada dura, sobre todo por aquellas galerías que se focalizan en el coleccionismo más local.