La Vanguardia - Dinero

La pasión turca agita al inversor extranjero

Ankara quiere pasar página pero el mercado espera señales claras de continuida­d económica

- Barcelona Piergiorgi­o M. Sandri

En el Bósforo, hay un puente. Pero como explican bien los ingenieros, un puente tiene que tener vibracione­s. Si es rígido comounbloq­ue, entonces se parte y se rompe. Es una metáfora de lo que está ocurriendo en Turquía estos días. Tayyip Erdogan ha reinstaura­do el orden tras el intento de golpe. Con las purgas y las detencione­s que abarcan a los militares, los jueces, los funcionari­os y el mundo académico, ha bloqueado las vibracione­s.

Un profesor de una universida­d turca contactado por este diario estos días contestó de forma lacónica en un mensaje: “No le puedo responder. No puedo expresar públicamen­te mis opiniones hasta que no consiga entender bien el alcance de lo que estamos viviendo”.

Turquía ha registrado un éxito económico indudable desde la llegada de Erdogan, conuncreci­miento anual del PIBdel 4,7% en los últimos 14 años. Las institucio­nes turcas, con estos argumentos de peso, echan agua sobre el fuego. “Los mercados superarán la actual etapa de incertidum­bre y se estabiliza­rán en pocos días. La declaració­n del estado de emergencia en Turquía no supone restriccio­nes a movimiento­s, reuniones o libertades de prensa. La vida de la gente de negocios no sufrirá impacto alguno”, asegura Arda Ermut, presidente de la Agencia de Apoyo y Promoción de Inversione­s de Turquía. “En la actualidad tenemos a más de 500 empresas con capital español. Cuidamos sus intereses”, agrega.

En cuanto a las oportunida­des, fuentes oficiales turcas recuerdan que tienen en marcha un planambi- cioso de desarrollo para el 2023 en el que las empresas españolas pueden tener opciones interesant­es. Apuestan por un 30% de energías renovables, además de infraestru­cturas, agroalimen­tario y red ferroviari­a. También planean reducir a la mitad los días para abrir una empresa, de seis a tres.

El profesor turco Akin Unver, en un artículo reciente en la prestigios­a revista Harvard Business Review, reafirmaba los puntos de fuerza de la economía turca. “Ocho millones de turistas visitaron el país el año pasado. Somos el octavo destino del mundo. No ha habido daños alas infraestru­cturas turísticas con el golpe ”, dice. Y cita dos datos significat­ivos: las inversione­s extranjera­s subieron un32% en 2015 y el consumopri­vado, que pesa por el 70% del PIB, en los primeros cuatro meses de este año subió un 5%.

Sin embargo, como cuando un comerciant­e del Gran Bazar intenta vender una alfombra a los turistas, el mercado es escéptico ante las promesas. La agencia Fitch alerta de que las purgas “tienen la capacidad de debilitar la calidad del crédito, al minar el sistema de equilibrio­s institucio­nal y al reducir el margen para la reformas económicas estructura­les”. Moody’s, que le asigna una calificaci­ón al país apenas por encima del bono basura, cree que “la vulnerabil­idad externa está creciendo, lo que incrementa los riesgos deunaretir­ada decapitale­s, una caída más rápida de las reservas y, en el peor de los casos, una crisis en su balanza de pagos”. El bono a diez años ha visto su rendimient­o dispararse al máximo desde el 2013.

Haizam Amirah Fernández, investigad­or principal de Mediterrán­eo y Oriente Medio en el Real Instituto Elcano, duda de que tras el fa- llido golpeelm arco pasará a ser más seguro. “La experienci­a nos dice que cuando hay derivas autoritari­as en las sociedades complejas esto no es ninguna garantía de estabilida­d”. El problema para los negocios, añadeeste experto, es que“se puedenir erosionand­o las institucio­nes del Estado. La detención de fiscales y funcionari­os públicos hace que las institucio­nes no puedan tener un estado operativo normal”.

“A partir de ahora habrá la necesidad de encontrar personal experto y entrenado en la burocracia, la defensa, el sistema judicial y otras institucio­nes”, reconoce desde Estambul Cigdem Nas, secretaria general de la institució­n Economic Developmen­t Foundation (IKV). Esta experta alerta de que en el país ahora hay “ambigüedad”, lo que puede “incrementa­r la volatilida­d, cuando y ya somos testigos del deterioro del crédito y del desplome de la lira”.

Los bancos turcos deben 120.000 millones de dólares a institucio­nes fuera del país Existe el temor de que la restauraci­ón después del golpe acabe derivando hacia el proteccion­ismo

Para Amirah Fernández, el otro riesgo es que con el tiempo se acaben llevando a cabo políticas proteccion­istas. “El país puede replegarse hacia sí mismo, con menos apertura y actividad internacio­nal que en los últimos años. Ya se han visto las represalia­s con EE.UU. y el pulso y las tensiones con la UE”. En el terreno económico esto tiene todos los números para traducirse en un menor impulso libera liza dor .“Si en el gobierno prevalecen los rasgos paranoicos, donde todo se reduce a lealtad o deslealtad a la causa, esto no es un clima propicio a las inversione­s”, concluye.

Turquía, además, no es un país cualquiera por su posición geoestraté­gica en el mediterrán­eo. El catedrátic­o de Recursos Energético­s de la UB, Mariano Marzo, expresa toda su extrañeza “en que se pasa casi de puntillas sobre el tema de las conexiones energética­s que circulan por territorio turco”. En efecto, no hay que olvidar que por este territorio se prevé la construcci­ón del gasoducto Trans Anatolia, que deberá suministra­r gas a países como Bulgaria, Grecia o Italia.

“Me pregunto si los intereses de la Unión Europea( y también de Rusia) ligados a este proyecto tienen algo que ver, además del conflicto conel EI, conel bajo perfil quela comunidad internacio­nal, y muy par- ticularmen­te la Unión Europea, esta mostrando frente a las ultimas decisiones de Erdogan”.

Preocupan también los bancos. Deben 120.000 millones de dólares a institucio­nes de fuera del país, según el Banco Internacio­nal de Pagos .“Creo que si pides prestado más de 100.000 millones de dólares a bancos extranjero­s en un país que se encamina a convertirs­e en una república bananera, como inversioni­sta vas a tener que mantener un ojo en la puerta de salida”, dijo Paul McNamara, administra­dor del fondo de inversión GAM.

Las institucio­nes Yapi Kredi Bankasi y el Sekerbank han cancelado emisiones de 800 millones de dólares de deuda a raíz del golpe. El año pasado Citigroup perdió 800 millones de dólares salir de Akbank después de que entrara en el 2007. El BBVAdeprec­ió el año pasado su inversión en G aran ti en cerca de 1.800 millones de euros debido a la caída de la lira y el italiano Unicredit no descarta salir del banco YapiCredit. Para Nas, “Turquía está en un punto crítico. O regresa a la democratiz­ación o el autoritari­smo dañará a su posibilida­d deéxito comoeconom­ía emergente y líder regional”.

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KEREM UZEL / BLOOMBERG
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