La bolsa de Estambul, objetivo de los golpistas
El mercado de valores de la principal ciudad de Turquía fue también asaltado en el fallido golpe
Ne se conoce el objetivo del asalto, que causó la muerte de un agente de policia y de un civil Unos 85 trabajadores de la bolsa han sido expulsados de sus puestos tras el golpe
Turquía no gana estos días para sobresaltos. El rocambolesco intento de golpe de Estado militar –sería más preciso hablar de una larga serie de múltiples atentados– del 15 de julio tuvo novedades nunca vistas en un país que ha tenido tres asonadas y dos intervenciones militares para derrocar al Gobierno.
No solamente se bombardeó hasta cuatro veces el Parlamento –algo nunca visto antes en la turbulenta historia de la Turquía moderna– y el presidente Recep T. Erdogan se dirigió a la nación a través de una llamada de vídeo emitida en directo por televisión (gracias a la aplicación FaceTime de un teléfono móvil). Es que también la Bolsa de Estambul fue asaltada a tiros en otra primicia.
De hecho, debido al cúmulo de despropósitos castrenses de esa larga jornada condensada en nueve horas de insomnio –sólo en la misión de un comando militar con órdenes de neutralizar a Erdogan se utilizaron más de 50.000 balas–, el ataque a la bolsa de Estambul pasó casi desapercibido.
En las imágenes del ataque dadas a conocer por la agencia Anatolia –cifradas a las 4:37 A.M. del sábado 16–, lo primero que se aprecia en la entrada de la institución localizable en Istinye, parte europea de Estambul, es un soldado herido o moribundo (apenas se mueve) tirado en la entrada junto a su rifle. A las 4:54 un comando especial de la policía irrumpe en la escena y aleja de una patada el fusil del abatido antes de irrumpir en el mercado de valores y ya a las 6:00 salen los soldados detenidos.
No se sabe todavía a ciencia cierta qué objetivo perseguían los castrenses a la hora de asaltar la bolsa, pero en el comunicado de la institución dos días después se recoge la muerte del agente de policía Mehmet Sevket Uzun y del civil Fatih Satir en los enfrentamientos que produjeron, además, “muchos heridos”. Los golpistas fueron vencidos “gracias al ingenio y sentido común de nuestro personal, agentes de la policía y el pueblo”, que accedió al recinto cuando supo que se encontraba asediado.
A raíz de la intentona, 85 trabajadores de la bolsa han sido expulsados de sus puestos, como reza el comunicado oficial. “La bolsa de Estambul se limpia de golpistas”, reza la noticia en medios locales. Previsiblemente, los despedidos lo son debido a sus vínculos con la cofradía religiosa liderada por el clérigo musulmán Fettulah Gülen, una oscura organización a la que se acusa de forma oficial de estar detrás del golpe.
Es más: en un país tan polarizado como Turquía existen estos
Uno de los valores más perjudicados es Turkish Airlines, por la caída del negocio turístico
días más allá de la posición ideológica posturas comunes. Y una de ellas parte –desde el diario islamista Akit hasta sus antípodas, el ultranacionalista-kemalista Aydinlik– de que realmente Gülen, exiliado en Estados Unidos desde 1999, tiene que ver con el intento de asonada y que su movimiento Hizmet (servicio) está siendo utilizado por la CIA para implantar su deseada síntesis entre democracia e islam.
Una vez que Erdogan no funcionó como debía, así la narrativa compartida, se decidió su neutralización. La administración Obama lo niega todo.
El lunes, su representante, el Embajador en Turquía, John Bass, escribió en un comunicado: “Algunos informes de prensa –y, por desgracia, algunos personajes públicos– han especulado que Estados Unidos de alguna manera apoyó el intento de golpe. Esto es categóricamente falso”. Sea como fuere, las relaciones entre Ankara y Washington, de vital importancia en una región dada a la inestabilidad, pueden resultar seriamente dañadas a resultas de la intentona.
Afectada gravemente por ella también resultó la bolsa de Estambul. Mientras que los mercados europeos se mostraban poco impresionados por el golpe, los valores del índice de la bolsa de Estambul BIST-100 se desplomaban; el lunes bajaron un 7,1%.
Al mismo tiempo, la divisa nacional se debilita frente al euro y especialmente el dólar, que ya equivale de nuevo a tres liras turcas. Entre los valores, uno de los más dañados es Turkish Airlines, fiel reflejo de la caída libre del turismo debido a la inestabilidad del país, víctima antes de la intentona golpista de múltiples atentados.
Y, luego, por si faltaran noticias alarmantes, ha llegado una oleada de purgas que ya ha costado el puesto de trabajo a más de sesenta mil funcionarios en la educación, la judicatura y las fuerzas de seguridad. Ahora, con el estado de excepción decretado por Ankara –sumado a la suspensión temporal de la Convención para los Derechos Humanos–, todo apunta a que la inestabilidad política y social ha llegado para quedarse.