Calidad compacta
El Pulsar tiene las virtudes válidas para competir con el prestigioso Mégane
La oferta de los compactos destinados al segmento C requiere a los fabricantes un esfuerzo adicional para disponer de un producto que sea competitivo. En él se encuentran presentes la práctica totalidad de las marcas, dispuestas a contar con una porción de un pastel que, en nuestro mercado, ha sido siempre muy generoso.
Tras diferentes intentos que no acabaron de cuajar, Nissan ha logrado por fin crear un modelo capaz de representar a la marca con el éxito deseado. Fabricado en la Zona Franca de Barcelona, el Pulsar es un coche espacioso y funcional, dotado de tecnologías de seguridad avanzadas. Dispone, por ejemplo, de un sistema de control de trazada activo que aporta eficacia y seguridad, frenando las ruedas exteriores en las curvas para evitar el subviraje. El compacto japonés exhibe buena calidad en los materiales empleados en su interior y goza de una interesante dotación de equipamiento, desde el nivel básico Visia. Asimismo, puede disponer de elementos tan interesantes como el Es- cudo de Protección Inteligente o el NissanConnect, con una pantalla táctil de 5,8 pulgadas que permite integrar smartphones.
Por su parte, el Renault Mégane goza de una larga trayectoria que ha permitido a la firma del rombo vender más de 6,6 millones de coches. Ahora alcanza su cuarta generación, adoptando una nueva y optimizada plataforma que permite disponer de mucho espacio, incluyendo un capaz y accesible maletero. Equipada con un volante de dirección compacto, la posición de conducción puede disponer de instrumentación tipo head up, reflejada en el parabrisas delantero.
Ambos modelos destacan por sus cotas de habitabilidad, con especial mención para el modelo fabricado en Barcelona, más ancho en sus plazas traseras y con superior distancia al techo. Prácticamente calcados en capacidad, los maleteros ofrecen notable volumen útil. Igualdad de rendimiento El Renault Mégane y el Nissan Pulsar ofrecen una interesante gama mecánica. Entre sus motores destacan sendos bloque gasolina de 1,2 litros, capaces de lograr un óptimo equilibrio entre rendimiento y eficiencia. El modelo francés hace valer sus 15 CV adicionales (130 por 115) para imponerse con cierta holgura en velocidad máxima, donde supera a su rival por 7 km/h (197 por 190 km/h).
En aceleraciones, el nuevo compacto de Renault es también ligeramente más rápido, acelerando de 0 a 100 km/h en 10,6 segundos, mientras que el Pulsar emplea 10,7 segundos.
En cuestiones de consumo de combustible y emisiones de CO las cifras favorecen, siempre por un margen que es muy estrecho, al modelo nipón. La media de consumo de combustible homologada es de 5 l/100 km en el Pulsar, por 5,3 l/100 km en el Mégane. Finalmente, las emisiones contaminantes de CO del nipón se sitúan en 117 gramos, por 119 gramos del coche francés.
Finalmente hay que decir que en el apartado dinámico el Nissan Pulsar y el Renault Mégane son automóviles que apuestan por el equilibrio entre comportamiento y confort de marcha, y muestra el automóvil de Renault mayores ambiciones en sus versiones GT.
La oferta de los compactos destinados al segmento C requiere a los fabricantes un esfuerzo adicional