Wifi no es sólo lo que ustedes creen
El crecimiento de dispositivos móviles conectados a redes corporativas ha disparado el uso de esta tecnología
Es habitual que los estudiantes lleven dos, tres o hasta cuatro dispositivos que ‘tiran’ del wifi
En mayo del 2015, cuando la empresa entonces llamada HP compró Aruba Networks, era obvio que acabaría integrándola en Hewlett-Packard Enterprise (HPE), que nacería oficialmente en noviembre de ese año. El objetivo era revitalizar el negocio de networking de la compañía, poniendo énfasis en las infraestructuras inalámbricas, especialidad de Aruba desde su fundación. Recientemente, Dominique Orr, CEO de Aruba –“a HPE company”, precisa el logo– confirmaba que su espacio natural es la transformación del puesto de trabajo, desde el actual predominio del PC hasta generalizar la conectividad inalámbrica. Esta estrategia ha servido de justificación para pagar 3.000 millones de dólares, un precio que a la vista de los resultados puede parecer bajo. En nueve meses del actual año fiscal, la rama de networking de HPE aumentó su facturación un 22%. En el segmento específico de Aruba –redes locales inalámbricas o WLAN–, IDC le atribuye una cuota del 22% del mercado global.
El director general de HPE Aruba en la península Ibérica, José Tormo, conversó recientemente con Dinero, acerca de la actualidad de una tecnología que la mayoría de los consumidores identifican con el acrónimo wifi: “Con la aprobación del estándar 802.11n [en 2009] muchas empresas empezaron a interesarse en la tecnología wifi, al ver que su rendimiento se acercaba al de las redes locales cableadas y que ofrecía garantías de seguridad. Luego, la enorme proliferación de dispositivos móviles conectados a las redes corporativas hizo que ese interés creciera exponencialmente”. Idea primaria Los usuarios corrientes suelen tener una idea primaria acerca de wifi: es (o debería ser) una alternativa a las redes celulares, incluso donde se puede acceder a estas; hay un notorio deseo de que wifi sea público, ubicuo... y gratuito. Para las empresas, el wifi es un recurso de importancia creciente, por otras razones: “en un mundo en el que los móviles de empresa se usan con fines personales, y viceversa, resulta imprescindible dar prioridad a las aplicaciones críticas, y añadirles el rango de seguridad que en el entorno empresarial es imperativo”, recalca el entrevistado.
Es una evidencia que, además de gestionar el parque de móviles de sus empleados, cada vez más empresas ponen al servicio de estos unas infraestructuras wifi que optimizan con reglas estrictas de seguridad. En principio, un controlador wifi es capaz de gestionar hasta 32.000 usuarios: “tenemos clientes con decenas de controladores para dar servicio a cientos de miles de usuarios internos, a los que por lo general se añade una plataforma de invitados [...] La costumbre de ofrecer acceso a quien visita una empresa ha dejado de ser una cortesía para convertirse en un medio de relación y de negocio”.
El caso típico es el de las cadenas minoristas. Algunas grandes enseñas –las más notorias, que Tormo rehúsa nombrar– han descubierto cómo sacar partido a la infraestructura wifi que tienen instalada. Todo el mundo entra en la tienda con el móvil en el bolsillo, y casi todo el mundo lleva el wifi activado... los puntos de acceso son capaces de detectar quién está pasando –no el individuo, sino el identificador físico del dispositivo, base de la estadística– qué secciones recorre, por cuánto tiempo, si vuelve otro día, a qué hora y/o con qué frecuencia, si visita otras tiendas de la cadena y en qué zonas [...]
Analizado anónimamente, este cúmulo de información sirve para tomar decisiones: redistribuir espacios, renovar escaparates, habilitar más cajas, contratar empleados... Pero hay más: en un centro comercial, un estadio o un campus universitario, que calculan cierto número de usuarios a los que facilitar un ancho de banda mínimo, la cobertura wifi puede diseñarse para aumentar temporalmente el número de puntos de acceso, sin sacrificar el nivel de servicio.
Tradicionalmente, las universidades han sido una clientela fiel para Aruba, subraya Tormo. Es habitual que los estudiantes lleven consigo dos, tres o hasta cuatro dispositivos que tiran del wifi. Otra clientela en alza es la banca: cuatro de los cinco grandes bancos españoles, por ejemplo, usan esta tecnología: “¿Acaso la banca no es un negocio minorista? ¿Por qué no aplicar la filosofía de una tienda? También las cadenas hoteleras españolas son clientes de HPE Aruba. Porque, dice, “finalmente, los comentarios de los usuarios en internet han convencido al sector de que no puede descuidar la calidad del servicio wifi sin atentar contra su reputación”.