Carreteras deficientes
Habitualmente, los responsables políticos y administrativos en materia de tráfico suelen imputar las causas de los accidentes a errores que tienen su origen en el factor humano. Términos tan arbitrarios como las distracciones imposibles de demostrar se alternan con el argumento de la velocidad inadecuada para dar carpetazos erróneos en muchas ocasiones.
Lo que rara vez se pone en duda es la incidencia que puede tener la vía elegida por el conductor como factor clave en ciertos accidentes, aunque la funesta lista de puntos negros que azotan las arterias de asfalto de nuestro país se encarga de recordarlo permanentemente. Un estudio elaborado por la Asociación Española de la Carretera pone de relieve el pésimo estado de conservación que tiene la red viaria nacional.
Este detallado trabajo con- templa el análisis pormenorizado de nada menos que 3.000 tramos de 100 metros de todo tipo de trazados, tanto si pertenecen a la red de carreteras del Estado como si son de competencia autonómica. Con el fin de crear una radiografía fiable sobre el estado de las vías españolas, se examinaron tres millones de metros cuadrados de asfalto, 900 kilómetros de señalización horizontal, 3.000 señales verticales, 175 kilómetros de barreras metálicas, además de 25.000 elementos de balizamiento.
Pues bien, las conclusiones no pueden ser ni más categóricas ni menos alentadoras. Tres de los apartados del estudio tan fundamentales como el estado del pavimento, la señalización vertical y las barreras metálicas han sido catalogados como deficientes. Ante tal panorama, tal vez empieza a ser hora de que las personas que tienen competencias en un asunto tan vital busquen soluciones urgentes que sirvan para reducir el peligro y que eviten las consecuencias del envejecimiento prematuro de la red viaria.
Accidentes Rara vez se pone en duda la incidencia que tienen las carreteras elegidas por el propio conductor