NetApp: almacenamiento en transformación
Las compañías tradicionales de este sector se han visto obligadas a convertirse en empresas de software
Hay que empezar por reconocer que el almacenamiento de datos no tiene glamour alguno. Entre quienes predican la transformación digital, pocos sabrían distinguir entre almacenamiento primario y secundario, archivo y backup, menos aún sabrían decir qué es la deduplicación o, incluso dudarían antes de hablar sobre discos de estado sólido. Ahora bien, cuando alguien menciona la nube ¿acaso cree que los datos [entre ellos los suyos y los de su actividad en internet] se evaporan en la atmósfera?
El entrevistado de hoy empezó mal al suponer lo siguiente: “No creo necesario recordar que la transformación digital se nutre de datos, miles de millones, o billones, de datos, sin los cuales nuestro mundo presente no funcionaría. Y sin la innovación en el almacenamiento de esos datos no se podría extraer el valor que contienen”.
Se dirá, y es cierto, que Marc Montiel, director de la empresa NetApp para los países del sur de Europa, barre para casa. De visita en Barcelona, se avino a charlar con Dinero acerca de la evolución de un sector que, aunque sin duda carece de glamour, factura unos 40.000 millones de dólares al año y está en el centro de muchas estrategias digitales.
En los años 80 y 90, el almacenamiento se basaba en un hardware que hoy se ha trivializado, por lo que el valor que generan los datos no depende de él sino de la capa de software que lleva asociado. Las compañías tradicionales de almacenamiento han tenido que convertirse en empresas de software. ¿Cómo ha vivido NetApp esa conversión? “No hemos tenido que convertirnos –replica Montiel– porque desde el primer día hemos sido una empresa de software. Y, por otra parte, nuestra estrategia Data Fabric está concebida para mover los datos entre un data center corporativo y la nube”.
Este segmento peculiar de la industria de las tecnologías de la información vive varias transiciones a la vez. Una: tras la absorción de EMC por Dell, ha quedado NetApp como la única de las cinco compañías líderes del mercado que solamente vende almacenamiento. Dice Montiel que esto es una ventaja, porque puede concentrar recursos de I+D en su especialidad. Y porque, tras perseguir durante décadas a EMC, tiene más opciones de arrebatarle una parte de su clientela.
Por detrás del quinteto de cabeza pedalea una docena o más de start-up aparecidas en los últimos años, cuya exclusividad es una tecnología – all-flash– basada en memorias de estado sólido. No es tan nueva –NetApp la usaba años atrás como acelerador– pero al bajar drásticamente el coste de las memorias flash ha ganado aceptación en el mercado.
Tras una primera fase de ninguneo, los suministradores tradicionales se sumaron a la corriente. Es todavía un mercado minoritario, pero de crecimiento rápido. De hecho, Net App es el segundo vendedor de sistemas AFA [ all-flash array], a lo que ha contribuido la compra de SolidFire, una de aquellas startup rompedoras.
Los resultados de su segundo trimestre fiscal han revelado una tendencia interesante: los ingresos generados por sus sistemas maduros– las familias de almacenamiento tradicionales –descendieron un 29% globalmente, mientras las soluciones estratégicas– crecían vigorosamente; el balance es negativo, un 7,6% menos de ingresos, pero todo parece indicar que Net App podría cumplir su objetivo de volver al crecimiento en el 2017.
Ahora,viendo la cuestión desde la demanda, ¿qué proyectos de almacenamiento son mejor acogidos en este momento? Según Montiel, “la banca y las grandes empresas siguen comprando soluciones que ya conocen, porque las usan desde hace años para sus aplicaciones críticas, pero muchos nuevos proyectos giran en torno a la imprescindible transformación digital”.
En este punto interviene María José Miranda para precisar que en España hay proyectos con almacenamiento flash –“menos de los que nos gustaría”– a escala piloto en compañías grandes, que son partidarias de hacer pruebas antes de dar un salto que será a la vez tecnológico y funcional.
Por otro lado, la hiper-convergencia– que combina funciones de almacenamiento y de servidor virtualizado de computación en sistemas compactos llamados appliances– representa otro factor disruptivo. Tal como ocurriera con flash, ha irrumpido gracias a compañías jóvenes que ponen ese tipo de solución compacta al alcance de empresas medianas que no hubieran comprado un sistema tradicional pero tienen necesidad creciente de gestionar los datos generados en entornos web, en las redes sociales o en la relación con sus clientes finales.
El archivo de datos factura 40.000 millones de dólares al año y está en el centro de la estrategia digital