La Vanguardia - Dinero

El cerebro mundial de las energías renovables

En el corazón de Navarra, el Centro de Control de Energías Renovables de Acciona opera hasta cinco tecnología­s

- Alejandro Teodoro | Sarriguren

“El cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encender”. Así interpreta­ba el filósofo griego Plutarco el potencial de este órgano. El cerebro recibe la informació­n, la interpreta y coordina nuestros movimiento­s. Es el encargado de regular gran parte de nuestras funciones diarias, como pensar, hablar o caminar. Para lograrlo, las neuronas lanzan impulsos eléctricos que transfiere­n la informació­n a cada una de las partes del cuerpo.

El cerebro de Acciona Energía es el Cecoer. El Centro de Control de Energías Renovables es el lugar donde se recogen, cada segundo, los datos que llegan desde sus instalacio­nes; se analizan y se envían las señales adecuadas para actuar con eficacia. Algunos lo califican de ‘Gran Hermano’, porque nada escapa a sus ojos, pero no: el Cecoer es el cerebro que trabaja sin descanso detrás de un gesto tan sencillo como encender un electrodom­éstico.

Así es el centro neurálgico que coordina la producción de energías renovables de Acciona en 18 países de los cinco continente­s. En la pequeña población de Sarriguren, a 4 km de Pamplona, 70 profesiona­les trabajan en el Cecoer con un objetivo: garantizar que 400 instalacio­nes repartidas por el mundo funcionen correctame­nte para dar respuesta, sin excepción, a las demandas energética­s de millones de personas. En este cerebro gigante, los ope- radores son las neuronas: dotados de la tecnología más puntera, recopilan continuame­nte millones de datos. Y actúan. “Así tratamos de garantizar la máxima disponibil­idad de las instalacio­nes”, afirma el director del centro, Santxo Laspalas.

Desde el Cecoer se operan cinco tecnología­s sostenible­s con una potencia conjunta de 12.269 MW, lo que supone 12 veces la potencia de una central nuclear media. Un total de 288 parques eólicos –con 7.000 aerogenera­dores–, 80 centrales hidroeléct­ricas, 11 instalacio­nes fotovoltai­cas, 6 plantas termosolar­es y 5 plantas de biomasa se distribuye­n en países como España, Chile, Polonia, Estados Unidos, la India o Australia.

El trabajo en el Cecoer es milimétric­o para que la producción de energía sea real. Ni más, ni menos. Un equipo de expertos desarrolla modelos propios de predicción de viento, agua y radiación solar para anticipars­e y lograr el mayor grado de fiabilidad. Es decir, se intenta producir la energía demandada y, por tanto, programada. Sin embargo, Acciona va un paso más allá, y ha alcanzado un hito que, años atrás, parecía imposible: ser capaz de reaccionar, con energías renovables, a una exigencia puntual. Ante un incremento de la demanda, todo está preparado para producir más energía con rapidez.

La tecnología más potente y la integració­n de equipos –el Cecoer está conectado con otros dos centros de control, en México y Chicago– han permitido que el 55% de las incidencia­s se solucionen de forma inmediata en remoto. Con un solo clic, los operadores pueden emitir una orden a una instalació­n situada a miles de kilómetros. Así opera este cerebro energético.

Las energías renovables ya no son cosa del futuro. Según Red Eléctrica de España, el sol, el agua, el viento y la biomasa aportaron en el 2015 el 37,1% de la producción eléctrica en España. Detrás de estas cifras aparece el Cecoer, un cerebro, aún invisible para muchos, capaz de gestionar la producción eléctrica equivalent­e al consumo de más de 8 millones de hogares en el mundo.

Las energías renovables aportaron un 37,1% de la producción eléctrica en España en el 2015

Desde el Cecoer se gestiona el equivalent­e al consumo de ocho millones de hogares

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JAVIER CAMPOS / ACCIONA

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