Seductor americano
El SUV grande de Ford convence por su comodidad y su amplitud. Es, además, deportivo, potente y seguro En la cima de la gama SUV de Ford se sitúa el imponente Edge, un crossover de gran formato con un marcado acento americano que captura miradas allá por donde pasa por su atrevido diseño deportivo. El llamativo color naranja Electric Spice metalizado de la unidad de pruebas contribuyó sin duda a ello aunque su aspecto fornido y agresivo resulta ya de por sí muy sugestivo y dominante. Algunos de sus rasgos estéticos, como unas formas y volúmenes consistentes, un perfil musculoso, ancho y robusto, y un cierto aire a muscle car dejan patente su estilo típica- mente estadounidense. Unas dimensiones generosas (4,81 m de longitud, 1,93 de ancho y 1,69 de alto) y ese sello made in USA –aunque se fabrica en Canadá– determinan la personalidad visual del Edge, que en su interior luce un aspecto más europeo, con especificaciones, ajustes, materiales y niveles de calidad adaptados a los mercados más exigentes.
La amplitud y el espacio son, de nuevo, protagonistas en el habitáculo del SUV de gama alta de la firma del óvalo. Con cotas para los pasajeros líderes en su clase y un maletero de 602 litros de capacidad ampliable a 1.847 abatiendo los respaldos de los asientos traseros, el Edge se erige como una atractiva y práctica opción para padres de familia dinámicos, activos y amantes de los viajes, los deportes o las actividades de ocio al aire libre.
La versión ensayada, la más potente de las dos que se comercializan, ambas con motor diésel de dos litros, está dotada de do- ble turbo y desarrolla 210 CV de potencia. Asociada a una transmisión automática Powershift de doble embrague y seis marchas con levas en el volante de serie, proporciona un rendimiento suave, silencioso y con una capacidad de empuje muy notable, especialmente en la posición Sport del cambio. Alcanza una velocidad máxima de 211 km/h y acelera de 0 a 100 en 9,4 segundos y acredita un consumo medio homologado de 5,9 litros con 152 g/km de CO , aunque en condiciones de circulación real se sitúa por encima de los 8 litros.
Su dinamismo está muy conseguido, tratándose de un vehículo de sus dimensiones y peso (casi dos toneladas), ya que demuestra una destacable agilidad en conducción deportiva aunque sin llegar a ser un especialista en esta faceta. Sus reacciones son ágiles y demuestra aplomo y bastante rapidez en los cambios de dirección gracias, en parte, al sistema de Tracción Total Inteligente de Ford, que ofrece una transición de par ininterrumpida entre las cuatro ruedas de forma totalmente automática para ofrecer el mejor agarre.
En resumen, las sensaciones al volante del Edge son convincentes, transmite seguridad y precisión en su guiado. Aunque donde verdaderamente demuestra unas virtudes sobresalientes es en el confort de marcha, que se beneficia de un filtrado de suspensión eficaz y de un trabajado aislamiento acústico apoyado en un sistema de Control Activo del Ruido para reducir la rumorosidad mecánica.