Riesgos jurídicos de la digitalización
Cada minuto en internet se emiten casi 350.000 tuits, se envían 20 millones de mensajes de WhatsApp y Amazon factura más de 200.000 euros. Los componentes tecnológicos, cada vez más, forman parte de los productos o servicios que las empresas comercializan; incluso, aparecen nuevos modelos de negocio no regulados específicamente como Uber o Airbnb que plantean importantes desafíos.
En este contexto, que los expertos han bautizado como Revolución Industrial 4.0, las empresas no pueden ignorar el proceso de transformación digital al que se ven abocadas ni los riesgos jurídicos inherentes:
Comercio electrónico Toda plataforma electrónica dirigida a usuarios españoles tiene que cumplir con la exigente normativa local de consumidores y usuarios y de comercio electrónico.
Propiedad intelectual El esqueleto de todo proyecto empresarial es el software y, por tanto, es necesario revisar las licencias de los programas de ordenador que se hayan utilizado para su desarrollo y que los programadores externos cedan a las empresas los derechos de propiedad intelectual. Adicionalmente, y para una mayor cobertura jurídica, si el software es original puede inscribirse en el Registro de Propiedad Intelectual y, en caso que no lo sea, realizarse un depósito del código fuente ante Notario o terceros de confianza.
Reputación digital Dado que las redes sociales han revolucionado la comunicación entre empresa y cliente, es importante que las compañías se apoyen en los –no muy conocidos– centros de ayuda de las redes para tratar de solucionar los conflictos con los usuarios. Publicidad Cada vez más, las empresas se apoyan en influencers para promocionarse en internet. Para evitar que dichas prácticas supongan un supuesto de publicidad encubierta, hay que identificar claramente el carácter publicitario de los mensajes.
Ciberdelincuencia El incremento constante de los ciberdelitos hace muy necesario que las compañías tengan implementados programas de prevención de la comisión de delitos y hagan con periodicidad auditorías de seguridad para mejorar las debilidades de sus sistemas.
Privacidad Las empresas explotan los datos personales de los usuarios (el petróleo del siglo
XXI), a veces, al margen de la estricta normativa vigente, lo cual adquiere mayor relevancia si cabe con la próxima aplicación de un Reglamento Europeo, que –entre otros– obligará a las empresas a realizar un análisis de riesgos (evaluación de impacto) o a tener un Data Protection Officer en actividades de big data.
En conclusión; si tradicionalmente la legislación ha ido siempre por detrás de la realidad, la distancia es todavía mayor cuando la realidad se transforma digitalmente.
Leyes Si la legislación ha ido siempre por detrás de la realidad, la distancia es aún mayor cuando la realidad se transforma digitalmente