Medidas temporales
Ocho años después de la quiebra de Lehman Brothers, las distintas medidas adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE) que inicialmente tenían la característica de ser temporales y totalmente excepcionales, se han acabado considerando medidas normales y recurrentes: sin límite de tiempo en su aplicación, sin límite en la cuantía de bonos a adquirir, y sin límites prefijados en la caída de tipos una vez que se ha entrado en escenario de tipos negativos. Obviamente dicha consideración es errónea.
En el 2012 Mario Draghi dijo que haría todo lo necesario (“whatever it takes”) para salvar el euro. Posteriormente le han seguido mensajes manifestando que las herramientas de la política monetaria son casi ilimitadas. Por ello, el posible mensaje de temporalidad de las compras de bonos es tan relevante. Si el BCE decide mantener durante seis meses el actual nivel mensual de compras el mercado seguiría considerando las medidas como normales y permanentes. Alternativamente, si decide prolongar las compras por un periodo superior pero con una cadencia de reducción del volumen adquirido cada mes, el anuncio podría tener un efecto similar al anuncio de Ben Bernanke, expresidente de la Reserva Federal de EE.UU., en mayo del 2013. El mero anuncio de que en algún momento la Reserva Federal dejaría de comprar bonos, en otras palabras, que las medidas eran temporales y en algún momento llegarían a su fin, fue suficiente para provocar enormes turbulencias en los mercados financieros. A pesar de que la Reserva Federal no aprobó el inicio de la reducción del ritmo de compras hasta diciembre de ese mismo año, el mero anuncio de futuro final de las medidas tomadas como permanentes produjo considerables turbulencias en el mercado.