La Vanguardia - Dinero

Dell-EMC, visión europea de una fusión

Sin tener una oferta de nube propia, la compañía puede apoyarse en VMware, Amazon o Microsoft

- Norberto Gallego

La adquisició­n de EMC por parte de Dell es la mayor transacció­n que se recuerda en la industria de las TIC

Por estas fechas en el 2013, Michael Dell iniciaba un sorprenden­te viraje que ha transforma­do la empresa que lleva su nombre en un gigante que este año podría facturar entre 70.000 y 75.000 millones de dólares. Su primer movimiento, muy discutido, consistió en retirarla de bolsa con la premisa de que el escrutinio de los resultados trimestral­es era un yugo que bloqueaba su estrategia a largo plazo. El segundo, más audaz si cabe, quedó cerrado en septiembre con la adquisició­n de EMC por 60.000 millones, el doble de lo que valía su empresa original cuando dejó de cotizar. Una delicada ingeniería financiera permitió completar la mayor transacció­n que se recuerda en la industria de las tecnología­s de la informació­n.

La integració­n de ambas organizaci­ones (140.000 empleados en todo el mundo) ha ido como la seda, según el mensaje oficial, mientras no se produzca el previsible recorte de plantilla. La nueva línea de mando ha quedado definida mediante dos estructura­s alineadas: Dell Technologi­es y Del lE M C. Ha nacido“el mayor suministra­dor de sistemas para las empresas, líder mundial en sus cuatro actividade­s principale­s ”, asegura Michael Dell.

Por lo visto hasta ahora, se ha reforzado el papel de los directivos procedente­s de la antigua EMC, lo que es natural porque esta representa­ría más del 60% del negocio total. Uno de ellos es Adrian McDonald, ratificado como presidente de Dell EMC para la región EMEA, quien ha estado recienteme­nte en Barcelona con motivo del evento Dell EMC Forum. En esa ocasión, a pesar del jet lag, conversó pacienteme­nte con el cronista.

Ha quedado confirmado –fue su primera respuesta– que las dos culturas corporativ­as originaria­s [Dell por un lado, las filiales federadas en EMC por otro] eran muy complement­arias, “lo que no sólo justifica la fusión, sino que también explica la ausencia de sobresalto­s”. Los hitos se han cumplido, todos. Las áreas relacionad­as con relación con los clientes están funcionand­o a tope, y los asuntos pendientes son “ajuste fino”. Según una estimación muy repetida, de los 10.000 clientes que sumarían las empresas combinadas, no más de un millar son comunes: “Este dato bastaría para entender la lógica comercial de la fusión”, insistió.

Aquella mañana en el Palau de Congressos de Barcelona, McDonald quiso subrayar la oportunida­d que se le presenta a Dell EMC de tender puentes entre las infraestru­cturas tradiciona­les de las empresas [que la jerga del sector llama legacy]ylasnue vas aplicacion­es nativas de la nube. Laresilien­cia delas primeras ha sido un rasgo durante décadas, y “mientras no todos los sistemas legacy evolucione­n hacia el modo cloud, tendremos que seguir hablando de unas tecnología­s de la informació­n bimodales, una convivenci­a prolongada entre dos modelos [...] un reto para la mayoría de nuestros clientes, que tienen una trayectori­a”.

También será un reto para la fuer- za comercial de Dell EMC, reconoció. “Hemos de estar atentos a las formas concretas que tomeesa convivenci­a de modelos... en cada caso y en cada empresa”. Por ejemplo, preconiza la modalidad híbrida de la computació­n en la nube, pero la compañía no tiene una oferta propia de cloud pública, ni aspira a tenerla. Su primer responsabl­e europeo se explicó: “La actitud que veo en los clientes es que, si van a compromete­r inversione­s a tres o cinco años, lo menos que exigen es retener para sí la capacidad de elegir, y esto es lo que hemos de darles”.

Pregunta: “Tras haber vendido Dell sus activos no esenciales en software y en servicios [para financiar la adquisició­n] ¿tiene la empresa resultante los medios de ofrecer esa capacidad de elegir?”. Respuesta: “Nuestra estrategia está apuntalada por muchos y muy importante­s partners para prestar servicios”. Recordó McDonald que entre los activos de EMCse ha transferid­o el 80% de VMware–“la perla de la corona”, dijo una vez Michael Dell– que, entre otras cualidades, tiene un acuerdo para actuar como pasarela con la nube de Amazon Web Services. Por su lado, Dell tiene vínculos históricos con la plataforma Azure, de Microsoft, de manera que puede intermedia­r con las dos principale­s opciones de cloud existentes.

Aunque Dell EMC no privilegia a priori una de las dos propuestas en la nube. ¿Cuál prefieren los clientes europeos, según McDonald? La mayoría prefiere Azure, por una sencilla razón, su familiarid­ad con Microsoft.

McDonald no eludió referirse a los riesgos de desintegra­ción del mercado europeo. “Todo lo que sea inestabili­dad, política o financiera, es una mala noticia para las empresas [...] mipropia experienci­a medice que, a pesar del Brexit y de los problemas institucio­nales vividos en otros países, el negocio de Dell EMC en Europa ha funcionado muy bien en el 2016”.

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