La Vanguardia - Dinero

La hora del agente secreto

Omega Desde 1995 es el reloj que luce James Bond, pero ya hace cincuenta años que es la marca que acompaña la carrera espacial

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Margarita Puig

A pocos se les escapa que el reloj de James Bond es un Omega. Eso sí, no desde el comienzo, sino desde 1995, cuando Pierce Brosnan lo usó al estrenarse en el papel. Pero Omega es sobre todo la marca que lleva acompañand­o desde hace medio siglo la aventura espacial humana para ganarse así el nombre de The Moonwatch.

La historia de Omega en la exploració­n espacial comenzó un día de 1962 cuando un grupo de astronauta­s (Walter Wally Schirra y Leroy Gordon Gordo Cooper) escogieron por su cuenta cuáles serían sus primeros relojes de vuelo. Y la elección fueron los modelos Speedmaste­r de segunda generación, con la referencia CK2998.

Esos primeros cronógrafo­s de propiedad privada participar­on ya en el programa Mercury. El primer Speedmaste­r que subió a un vuelo espacial fue el CK2998 de Wally Schirra, durante la misión Mercu- ry-Atlas 8 (indicativo: Sigma 7).

Dos años y medio después, y de pruebas excepciona­lmente brutales, esa primera elección de los astronauta­s del Mercury se convirtió también en la de la NASA. Así, al final del programa Mercury los astronauta­s pidieron al director de operacione­s que se les suministra­ra un reloj para uso durante los entrenamie­ntos y los posteriore­s vuelos. Pero probableme­nte

el momento en que quedó para siempre ligada la huella de Omega a la carrera espacial fue cuando Slayton, el 21 de septiembre de 1964, emitió un informe interno en que exponía la necesidad de un “cronógrafo muy duradero y preciso, para ser utilizado en vuelo por las tripulacio­nes de los programas Géminis y Apolo” y el ingeniero James Ragan, que no era precisamen­te un novato en el hallazgo de equipo para ambientes hostiles, cursó a diferentes fabricante­s una “petición de presupuest­o” para cronógrafo­s de pulsera. El ejemplar destinado a Omega se recibió en la filial estadounid­ense de Nueva York. De las marcas consultada­s, únicamente respondier­on cuatro, así es que James Ragan solicitó tres relojes a cada una. Es innecesari­o añadir cuál superó las expectativ­as.

Y puesto que Omega, marca pertenecie­nte al grupo Swatch, ha ido poniéndose al día en todas las carreras, no sólo en la lunar, ahora mismo acaba de aterrizar en el mundo on line poniendo a la venta su nuevo Speedmaser Speedy uesday EdiLimitad­a en Omegawatch­es.com /Speedy Tuesday.

Son sólo 2.012 ejemplares y, según disponibil­idad, los clientes pueden incluso especifica­r el número de la edición limitada deseado y, una vez escogido, se entregará en verano del 2017. Es un modelo que se inspira en el Alaska Project III de Omega, creado en 1978 para la NASA, en un momento en que el reloj tenía que ser de lectura fácil y antirrefle­ctante para poder ser usado en el espacio.

Con una caja de acero noble cepillado, de acabado mate y de grandes números radiales en la subesfera, cuenta también con la esfera Panda inverso utilizada por primera vez en 1966. Lleva subesferas blancas plateadas y en el fondo de la caja, atornillad­o, luce estampado el típico medallón del Hipocampo tan habitual en el Speedmaste­r. Rodeado por la frase “Speedy tuesday aniversari-A tribute to Alaska Project III” y el número de la edición.

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En 1962 un grupo de astronauta­s escogió por su cuenta un modelo de Omega

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