La auto-conectividad en los aeropuertos
Tradicionalmente, cuando un pasajero necesitaba viajar a un destino que no estaba servido por un vuelo directo, tenía la opción de llegar a su destino final utilizando una aerolínea en red convencional (por ejemplo, Iberia) conectando en un aeropuerto
hub intermedio. Así, en Europa, cinco grandes hubs han concentrado la distribución de pasajeros: LondresHeathrow, París-Charles de Gaulle, Frankfurt, Amsterdam y Madrid. Sin embargo, recientemente hemos visto emerger un nuevo modelo de negocio que podría cambiar el mapa actual de aeropuertos: la autoconectividad.
Todo se inició hace unos años cuando algunas aerolíneas de bajo coste se empezaron a desviar de su modelo de negocio arquetípico y empezaron a ofrecer conexiones entre algunos de sus vuelos. Vueling fue unas de las primeras. Conectar pasajeros permitió a algunas de estas aerolíneas acceder a un nuevo nicho de mercado y mejorar la ocupación de los vuelos. Por otro lado, algunos aeropuertos y aerolíneas observaron que algunos pasajeros que querían ahorrarse un dinero se montaban sus propias conexiones comprando dos billetes por separado y recogiéndose ellos mismos el equipaje para luego volver a facturarlo. Pero esto tiene un riesgo importante para el pasajero: si el primer vuelo lleva retraso y se pierde la conexión, no tiene derecho a ser recolocado en un siguiente vuelo. Algunos aeropuertos que viven a la sombra de otro hub vieron la oportunidad y empezaron a ayudar a sus pasajeros a conectar en sus aeropuertos. Los primeros intentos fallidos fueron los de Via Berlin y Cologne Bonn Connect. Hoy contamos con las iniciativas de Via Milano y Gatwick Connects, plataformas que permiten reservar vuelos de conexión en sus aeropuertos entre varias aerolíneas. Además, ofrecen un seguro por pérdida de conexión y prioridad en la facturación de la maleta y el control de seguridad para acelerar la conexión. El resultando son más opciones y a mejor precio para el consumidor. Por ejemplo, Gatwick Connects permite viajar por poco más de 400 libras ida y vuelta desde Invernes, una remota población del norte de Escocia, a Boston a través de Londres Gatwick conectando un vuelo de EasyJet (Invernes-Gatwick) con otro de Norwegian (Gatwick-Boston).
Varios aeropuertos se preguntan cuál es el potencial real de la autoconectividad y si es suficiente para invertir en el desarrollo de una plataforma como Via Milano o Gatwick Connects. Si bien fomentar la autoconectividad puede representar una fuente de ingresos adicional para el aeropuerto, también conlleva costes adicionales, como por ejemplo mayor presión en el sistema de tratamiento de equipajes.
En la Universidad de Cranfield, en colaboración con la Universidad de Edimburgo, hemos estimado el potencial de este tipo de autoconectividad. Nuestro estudio, publicado en el Journal of Transport Geography, muestra que en el 2014 un 4% de los trayectos podrían potencialmente involucrar una autoconexión. Este valor podría aumentar al 15% en un escenario en el que se extendiera la implantación de las plataformas de autoconectividad como Gatwick Connects a otros aeropuertos y en el que las opciones de autoconexión fueran visibles en las centrales de reservas y las agencias de viajes en línea. En este segundo escenario, los aeropuertos que más podrían incrementar su número de pasajeros de conexión son aeropuertos con una alta proporción de bajo coste. Por ejemplo, Manchester y Londres Gatwick verían aumentados los pasajeros de conexión entre un 68% y un 77%. Aeropuertos con una buena diversidad de tipos de aerolíneas como Barcelona, Roma Fiumicino o Bruselas podrían aumentar potencialmente sus pasajeros de conexión en torno a un 35%.
Aunque la mayor parte de la autoconectividad se concentraría en los mercados de corto radio, existe potencial en el mercado de largo radio. Ciertamente, algunos aeropuertos están ya estudiando el potencial de alimentar los vuelos de largo radio de Norwegian con pasajeros provenientes de vuelos de EasyJet y Ryanair. Esto podría cuestionar el statu quo actual y permitir el desarrollo de hubs de nueva generación. Algunas aerolíneas en red están tomando posiciones para lo que podría venir. Así, British Airways ha añadido asientos a los Boeing 777 que vuelan entre Gatwick y Estados Unidos para reducir sus costes por asiento, para poder ofrecer precios más ajustados y defenderse de las opciones que Norwegian ofrece en el aeropuerto.
Barcelona debería ir tomando nota, pues su diversidad de tráfico la hace candidata ideal para desarrollar un
hub de nueva generación.
Más vuelos Barcelona, Roma Fiumicino o Bruselas podrían aumentar sus pasajeros de conexión en torno a un 35%