Trump entra en acción
A partir de la victoria de Donald Trump en las elecciones de EE.UU. de noviembre, el ciclo económico mundial, que había estado reforzándose a lo largo del año, recibió un notable estímulo. Los últimos datos de diciembre muestran la progresiva recuperación de la economía. El índice PMI global, que evalúa anticipadamente el grado de actividad del sector manufacturero, se ha situado a nivel mundial en máximos de los últimos tres años. Todas las regiones están por encima del 50 y eso señala expansión. El índice de confianza de los consumidores norteamericanos está en niveles superiores a los del 2007, y el índice alemán de confianza empresarial IFO se sitúa en el nivel de comienzos del 2014.
La primera consecuencia de este cambio de tendencia ha sido la recuperación del ritmo de inflación. La mejora cíclica se ha producido antes de iniciarse las medidas ya anunciadas de impulso presupuestario y fiscal prometidas por el ya nuevo presidente de EE.UU. Todo apunta a que el mercado descuenta un entorno económico más favorable, con aumentos de beneficios a escala global. Esta mejora del ciclo económico, asociada a la reaparición de la inflación, va a influir decisivamente en la actuación de los bancos centrales.
Las políticas de la Administración Trump podrían impulsar todavía más los beneficios de las empresas norteamericanas, pero también existe el riesgo de que en función de su intensidad aumenten el déficit, la deuda, los tipos de interés y la fortaleza del dólar. Esto presionaría los márgenes de beneficios de las empresas y la mejora del ciclo empezaría a mostrar los primeros indicios de agotamiento. Sería entonces cuanto los activos de renta variable podrían sufrir un ajuste en sus valoraciones.